CARTAS DESDE CHICAGO
YA NI “FRIDAN”.
/Rogelio Faz/
En México con el terremoto y la niña “frida sofia”, no solo los involucrados directos en la noticia “fake” hacen el ridículo. México y los mexicanos nos exhibimos ante el mundo como una caricatura burda.
Que si fue Televisa -fabricante de historias que entretienen a un pueblo ávido de estas historias-, o a las fuerzas armadas al que le sale el tiro por la culata que se justifica en fuente de oídas. El efecto es el mismo.
Los que vivimos en el extranjero por supuesto sintonizamos las noticias de México y las locales, donde algunos también hacen su faramalla artística. No óbstate, quienes queremos complementar la información para medir el pulso, debemos estar atentos a las noticias en inglés. Que daban como primera nota a la niña “frida”, a una sociedad estadounidense muy sensible a estos casos.
(Ahora el caso mexicano paso a segundo término por debajo del huracán María).
Pero en estos momentos cuando todavía persiste la tragedia, las razones y reacciones de quienes confiaron en una “fake news”; sabemos fue por mexicanos, llámese reportero, militar, topo o gobierno.
Al saber del engaño sobre la tragedia, este servidor casi de inmediato le vino a la mente el libro de Alan Riding. Un best seller titulado, Vecinos distantes: un retrato de los mexicanos (lectura obligada si queremos entendernos o saber cómo nos perciben en el extranjero). Para muchos el escritor tenía una tendencia pro estadounidense, pero la realidad es que nos encuera ante nuestro propio espejo.
Libro escrito en 1984 que no pierde actualidad. Riding es un extranjero a quien le despertó la curiosidad de manera excepcional el saber por qué los mexicanos somos como somos. Bajo su óptica exploro nuestros enigmas que obliga a saber en qué concluyo.
Riding expone el resultado de nuestra lucha interna cultural pre hispánica y colonial; racial, social, económico y política. De donde surgen nuestros complejos, virtudes, temores y costumbres. Y el por qué la comunidad está por encima de las autoridades, y aun así le hace la “barba”.
Lo absurdo es que seguimos creyendo en Televisa o en muchos de sus reporteros. Pero no somos los únicos, como sabemos están los máximos mandos de la inteligencia militar.
No solo tenemos al gobierno que merecemos, también la noticia y el entremetimiento. Como en todos los desastres la reconstrucción social viene por sí misma, y el gobierno sentirá sus efectos como una revolución sin balas. Por un lado el descontento social y por el otro la adaptación política a las causas y efectos para que nos sigan “frigando”.