Columna: TAL CUAL
Despiértenme cuando pase el temblor
Luis Carlos Rodríguez González
Despiértenme cuando pase el temblor. O por lo menos cuando termine el sexenio o los pronósticos agoreros de réplicas de sismos con una exactitud de 7.2 grados en menos de 24 horas que ya hubiera querido vaticinar el padre de la sismología, Charles Richter.
Es de verdad increíble, por llamarlo de alguna manera, que los asesores del presidente Enrique Peña Nieto en materia de Protección Civil, le aconsejen dar este tipo de anuncios que en vez de ser un mensaje de tranquilidad a la población, sólo abone a la especulación, al miedo.
Más aún, porque nadie en el mundo tiene aún la bolita mágica o el sismógrafo que te diga de que magnitud puede ser la réplica de un sismo como el ocurrido el pasado jueves en México, que tuvo una magnitud de 8.2 grados en escala Ritcher y que hasta el domingo había provocado 90 muertes y decenas de desaparecidos.
Bien por el primer mandatario que aunque aseguró, por inverosímil que parezca, no sintió el fuerte sismo, en la misma madrugada del viernes y desde el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) se apersonó para dar algunos pormenores del fenómeno natural como si fuera un logro sexenal o un informe de gobierno: “El de mayor magnitud que se haya registrado en los últimos 100 años” y que “lo pudieron sentir 50 millones de personas”.
En un video que circula en redes sociales, esa madrugada en el Cenapred, el presidentes Peña se ve rodeado de funcionarios de Protección Civil y sus guardias presidenciales, mientras comenta con algunos colaboradores la magnitud de sismo, así como asegura que en su vida sólo ha sentido un temblor, que por cierto nadie sintió y después consulta a los funcionarios sobre algunos detalles del fenómeno natural ocurrido la medianoche del jueves.
Se aprecia al director del Cenapred, Carlos Valdés, reconocido Ingeniero Geofísico por la Facultad de Ingeniería de la UNAM y con Doctorado en Geofísica en la Universidad de Wisconsin-Madison, tratando de asesorar al primer mandatario, explicándole en una computadora algunos detalles del sismo que tuvo como epicentro Tonalá, Chiapas.
Pero es obvio, que estos funcionarios, mal aconsejan o por lo menos no corrigen los dichos presidenciales en materia de pronósticos de réplicas sismológicas, que si bien ya ocurrieron más de 400, nadie en su sano juicio y mucho menos un Jefe de Estado, puede ser expuesto a dar con detalles la magnitud de las mismas.
Es obvio que el director del Cenapred, Carlos Valdés, sabía lo que el presidente Enrique Peña diría en su mensaje y no hizo nada para corregirlo. Peor aún, sería que el funcionario le haya aconsejado al primer mandatario dar ese tipo de pronósticos.
Horas después y casi seguro derivado de ello, en redes sociales, se difundieron una serie de mensajes agoreros que hablaban de “réplicas devastadoras” del sismo del jueves por la noche. Expertos del Servicio Sismológico Nacional de la UNAM, desmintieron estos mensajes que pululaban sobre todo en WhatsApp.
En materia de Protección Civil, sobre todo en los funcionarios que están a cargo a nivel federal, aunque algunos tengan grandes títulos académicos, así como otros a nivel estatal o de la Ciudad de México sean improvisados, amigos, compadres, recomendados, casi todos ineptos, lo cierto es que nadie quiere perder el “hueso” y no se atreven a corregir a sus jefes y prefieren exponerlos. A mí por lo pronto que me despierten cuando pase el temblor. Tal Cual.