lunes, noviembre 25, 2024 - 6:42 pm

Agenda LGTBI

CARTAS DESDE CHICAGO
AGENDA LGTBI
/Rogelio Faz/
Como cada año en casi todo el mundo, el festival del orgullo gay inicio esta semana de junio y en Chicago culminara el próximo domingo con su Pride Parade, esta vez con el tema “Viva la Vida/Stand Up, Stand Proud”, por el barrio ‘Boystown and beyond’.
Como es costumbre el movimiento LGTBI, intensifica su lobby en estas fechas para ganar espacios, no solamente en la sociedad o las legislaturas de cada gobierno. También quieren imponer su agenda a organizaciones internacionales como a la Organización de Estados Americanos (OEA), que este lunes inicia su 47 asamblea general en Cancún, México.
Dos de sus temas: la ideología de género y el aborto. No obstante, legisladores de 18 países de los Estados miembros se oponen a que la OEA se entrometa en estos aspectos que no le corresponden de acuerdo la Convención. A cambio piden “derecho a la vida, la familia y libertad de expresión”.
No obstante, el agresivo movimiento LGTBI inhibe cualquier objeción legitima y valida. Cualquiera que cuestione la ideología de género es considerado homofóbico. Que también está a favor del aborto como un derecho de la mujer sin tomar en cuenta al ser que está en gestación.
Los gobiernos progresistas le han dado tanta cuerda a estos aspectos, que ahora, los que cuestionan se les están violando su derecho de expresión.
En al argot popular se dice: aquellos que critican o se burlan del homosexualismo es porque son gays reprimidos. Es probable que se den casos, pero objetivamente, una persona razonable y respetuosa de las leyes y de sus semejantes, esa lógica no aplica ni en principios religiosos ni biológicos, y menos que el Estado quiera imponer este criterio.   
Es cierto que por mucho tiempo los que mostraban una preferencia u orientación sexual diferente a su apariencia física, han sido víctimas de abusos físicos, verbales o marginales. Sin embargo, la reivindicación de sus derechos no justifica aspectos que se contraponen a preceptos naturales, morales o religiosos. Y hay que respetar a todos ellos.
Definir los parámetros de una conducta moral dentro de un marco jurídico abarcaría una discusión mucho más amplia que esta. Aun así, cada quien tiene un concepto claro de tolerancia cuando se trata de proteger la integridad física y mental de todos.
Hay que hacer un análisis lo más cercano a derechos basándonos en las creencias de fe o científicas, sin llegar a pronunciarse por una por el hecho de hacer valer un capricho por conveniencia o fanatismo, eso acaba en intolerancia.
Por ejemplo: el estar en contra del aborto no necesariamente tiene que ser por razones religiosas, de conservadurismo o de extrema derecha. Simplemente es estar a favor de proteger a un ser indefenso, nada más. Sobre todo, tratándose de embarazos avanzados cuando la madre consciente del tiempo y de las circunstancias espera hasta último momento.
Mientras que el no aceptar una sexualidad que no corresponde a lo que teórica o científicamente se define como un hombre o una mujer; exija tener las mismas prerrogativas de reproducción por ley cuando la naturaleza se lo niega.
Donde nos deberíamos de concentrar es en hacer valer derechos independientemente de quien sea. Es decir, velar por derechos humanos, garantizando la integridad física, moral y de oportunidades, incluidos los no nacidos.
¿Cómo debemos entender el orgulloso gay cuando se busca querer ser lo que no se puede y para eso se recurre a cambiar de sexo o “procrear hijos”? El forzar esa condición es más probable que el “castigo” venga de la naturaleza y no de Dios.
Tampoco hay que mal interpretar los derechos de convivencia. Nadie se debe de entrometer en una relación de mutuo consentimiento siempre y cuando se mantengan las normas de respeto y moral hacia los demás.
No caigamos en la trampa de los políticos progres que por conveniencia y presión seden al encanto de los apoyos para ganar votos. Bueno sería verlos, así como apoyan sus demandas de igualdad, exigirles moral en la vía publica, donde muchos de los participantes en la ‘parada gay’ muestran una conducta inmoral, que a muchos nos costaría la cárcel.   
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