jueves, septiembre 19, 2024 - 5:41 pm
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Sin oportunismos e intereses personales y de grupo

Columna Mosaico Ciudadano

Por Amalia Martinez Austria 

Los nuevos cuadros de jóvenes en cada partido político, deben estar ajenos al sonido goloso  de palabras huecas, y entender que con los pies bien puestos en la tierra,  deben hacer del concepto “servir” exclusivamente el medio y la fórmula para no solo convencer, sino en esencia transformar su entorno, su país.

Esta más que visto, que la mentalidad abierta y centrada, puede ser el camino para quienes con mente joven, sorprendan con cambios significativos.  En un país con tantas desigualdades y mucho por resolver, no caben los oportunismos, los intereses particulares o  de grupo.

Hoy más que nunca,  los cacicazgos,  las ideas retrogradas,  los esquemas de antaño, no son la vía para resolver.  La población está cansada pero  aun así, corre el riesgo de caer en discursos huecos, de palabras,  que el político sabe que impactaran pero que no están sustentadas con la realidad y mucho menos con un deseo nato de mejorar las cosas.  “ Porque no es lo que queremos oír, es lo que debemos ver”   ¿cómo creer en una figura pública si esta, vive en el confort,  sin carencias, con una historia de vida sin contratiempos, sin esfuerzo y trabajo.  Que sabe hablar, palmear, con el mismo discurso, pero sin hechos que soporten sus dichos.

Y hasta donde cada grupo político es culpable de que se pierdan idealistas, jóvenes comprometidos,  cuando los absorben  con intereses partidistas y particulares. Hasta donde pueden  ser  los causantes de talentos efímeros, de muchachos que confiaron  en trabajar por un cambio, y desilusionados se retiran o unen  a las mismas formulas agraviando un mejor destino, siendo  cáncer para el país.

Donde esta los nuevos reformadores, aquellos que están comprometidos en verdad con los nuevos tiempos, donde los espacios para líderes que de verdad tengan la capacidad de unificar, de empoderarse para bien y se olviden al llegar al poder de vender su ideología por dinero o intereses propios, o de grupo. ¿Cómo poder cambiar el sistema tan arraigado? ¿Cómo limpiar cada esquema establecido y no solo con palabras sino con hechos significativos y concretos?

Difícil cuestionamientos cuando hay actores  que se empoderan a través del populismo,  de la palabra golosa y requerimiento por el  hartazgo de la población por encontrar al “mesías” que cambie las cosas, cuando en las acciones se vislumbra solo  la mentira y el oportunismo.

Un buen líder, no tiene miedo a sentirse rebasado,  carece de  egoísmo para dar espacios a gente de talento.  Y no solo eso,  entiende que  en nuevos cuadros  se puede fundamentar “cambios verdaderos”, porque en ellos aún no cabe la malicia, los malos encuentros.

Cada grupo político,  debe entender que todo ha cambiado,  y que es obligación transformarse tanto en fondo, como en forma.  Deben saber darle lugar a quienes estén haciendo bien las cosas, quienes sí, hacen lo correcto y  dar los espacios a gente comprobada que maneja militancia emprendedora, capaz.  Deben  comprender que hoy  la simulación jamás será la vía para lograr el convencimiento y que llenarse los bolsillos nunca debe ser una opción.

Si, los nuevos tiempos requieren líderes. En algún lugar deben  estar los hombres y mujeres que empezaran   a hacer justicia.  Líderes que jamás pierdan los ideales y sepan unificar y construir.

 

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