lunes, noviembre 18, 2024 - 4:11 pm
InicioEl PersonajeEl alcohol venció mi timidez

El alcohol venció mi timidez

 

El alcohol venció mi timidez

/Por Ricardo Contreras Reyes/

 

“Fue un verdadero infierno”, así resume Carlos “Z” sus 25 años inmersos en el alcoholismo y las drogas.

Trae en la mirada una dosis de arrepentimiento por el daño que le causó a sus seres queridos, a sus parejas, a sus hijos y a sus padres.

Sereno, nos cuenta que de niño la vergüenza fue parte de su vida: le avergonzaba la casa donde vivía, sentía vergüenza de su padre (también alcohólico) y se avergonzaba de su condición social de pobreza.

De adolescente era tímido y acomplejado pero al probar la primer cerveza le gustó esa sensación de libertad y seguridad.

“Descubrí que el alcohol venció mi timidez”, reconoce Carlos “Z”.

Bajo los influjos del alcohol mostró la otra cara de la moneda, aunque en realidad, sacó a “relucir el cobre”, pues la sensación de euforia y seguridad en sí mismo lo llevó a vivir en un mundo de fantasía y mentiras. A los amigos les contaba que su padre era un exitoso profesionista, que su casa era lujosa y la más grande de la cuadra. En la vida real, esa residencia se ubicaba justo enfrente de la colonia popular donde él vivía.

En una suerte de sorpresas agradables para su edad, Carlos “Z” se inclinó por el baile, afición que le permitió desarrollar de manera profesional, conocer nuevos amigos y conquistas amorosas, siempre con la compañía inseparable del alcohol.

En ese trance de amores juveniles, Carlos “Z” se enamora de una simpática chica de su edad y sin planearlo, la embaraza. Pero la llegada de su hijo no fue impedimento para frenar la diversión, las fiestas y por supuesto, el alcohol y la cocaína. Esa fue la razón para que su pareja terminara la relación.

Actualmente nuestro personaje reconoce que lleva 6 años sin tomar una sola gota de alcohol gracias a que conoció la filosofía de Alcohólicos Anónimos, Sección México. Tiene una nueva pareja con la que procreó un hijo.

Dice que el 31 de enero de 2011 volvió a nacer. Es la fecha en la que decide dejar su mundo de perdición. “Mientras fumaba una piedra (de cocaína), en una casa habitada por drogadictos y pordioseros, me vi frente un espejo que había en la habitación, me dio tanto coraje ver mi aspecto de anciano decrépito que me dije a mi mismo: ¡eso y más te mereces hijo de la chingada¡”.

En un ataque de ira rompió el espejo y salió de la maloliente casa para siempre. Fue el adiós definitivo a 25 años desperdiciados.

A la vuelta de los años, Carlos “Z” asume las consecuencias de sus actos y nos cuenta su etapa de reconstrucción. Fue necesario revisar la lista de personas agraviadas a las que insultó-ofendió a lo largo de un cuarto de siglo.

 “Cuando se quiere, se puede dejar de tajo el vicio”, dice convencido.

Tuvo oportunidad de pedirle perdón a sus padres (ya fallecieron) y de reparar daños con su expareja, con sus dos hijos y con su actual esposa.

Reconoce que “tocó fondo” y entró en crisis cuando su señora lo corrió de la casa. Sintió que el mundo se le venía encima y pensó en el suicidio.

“En 25 años conocí el significado de la miseria humana y del mismísimo infierno, conocí el significado de la palabra desolación, a pesar de estar acompañado, sentir lástima por uno mismo es el peor sentimiento que uno puedo tener”.

Carlos “Z” sabe muy bien que su historia es sólo es una pequeña muestra de una larga trayectoria de agravios, de noches en vela, de vínculos con distribuidores de drogas y de violencia familiar, entre otras cosas.

“Pero es mejor mirar hacia el futuro”, aclara.

Sin duda, su presente “pinta” mejor que su pasado. Tiene trabajo, una familia estable, sus dos hijos viven en su casa y tiene muchos deseos de superación.

Hay gratitud en el corazón de Carlos “Z” hacia Alcohólicos Anónimos, Sección México por todo el apoyo que le han dado, “por eso he decidido ser un servidor activo, con mi testimonio quiero evitar que nadie viva el infierno que yo sufrí”.

***

POST RELACIONADOS

Nuevos post