CARTAS DESDE CHICAGO
/Rogelio Faz/
Todos habremos oído aquella frase: “el que no está conmigo estás en mi contra”.
Con el asunto de inmigración estamos ente algo parecido. Quien no es pro migrante es anti inmigrantes. Y esta polarización poco ayuda a una discusión que atienda y entienda la problemática social que implican decisiones políticas más que humanitarias.
En política nadie esta obligado a ser neutral, pero tenemos la obligación de ser objetivos sin ser políticos. Pues hay un vacío en el debate, independiente del activismo pro migrante, de las campañas de ayuda legal, de consejería, etcétera; las que deben seguir su curso, esperemos sean acordes a la realidad.
Resulta más cómodo objetar que proponer, sobre todo partiendo de la idea simplona de pedir. Donde no faltan las exigencias de santidad política o los científicos sociales. Idealismo líquido que fluye y se evapora.
Hay que entender el juego de “soberanía popular” vs autoritarismo político. Para no seguir atrancados alimentando una fobia migrante.
Nadie puede negar que ICE o la migra en EU es causante de separación familiar. Sin embrago, si queremos entender el problema de raíz para proponer salidas viables, debemos de ser conscientes del origen de la situación al menos para distinguir entre alternativas y derechos.
Para esto hay que analizar las otras circunstancias que nos han llevado a este problema, queramos o no, hemos contribuido por cuenta propia a sabiendas del riesgo.
La separación familiar por la migra no será la única ni la primera. Los padres de hace 6 o 7 décadas atrás o más, dejaban a la familia para ir a trabajar al norte, ‘al otro lado’. Separación dolorosa como natural, para el gobierno mexicano más natural que dolorosa. Los que ahora se desgarran las vestiduras por salvarnos el pellejo.
Pero el tema que nos ocupa y preocupa ahora es la separación familiar por la migra, que puede arrasar con todo y de una. Aun así, hay que tener presente que esta inicia cuando dejamos nuestros lugares de origen y a la familiares, el propósito es deslindar responsabilidades, sea para asumirlas o repartirlas.
Argumentos sobran para justificar la migración, que va desde necesidad económica, desesperanza, persecución, incluidos los que emigran por el espejismo hollywoodense. Como aquellos que vienen a EU a importar democracias socialistas para hacer más justo al imperialismo.
Desprendámonos aunque sea por un momento de la idea de que EU será el país de los inmigrantes ‘por los siglos de los siglos’. Y el que no lo crea así está en mi contra.
Los inmigrantes no podemos seguir con la idea silvestre de ser la “hojita que se lleva el viento”. Los humanos como animales inteligentes tenemos el compromiso y la responsabilidad de entender las circunstancias del mundo en el que vivimos. De que hay fronteras, regulaciones y muchas otras cosas que ya están claramente establecidas. Salvo como en este caso, Cuauhtémoc Cárdenas logre revertirlo y consiga una indemizacion por parte de EU por el “terrenito arrebatado” en 1848, cuando vivían aproximadamente 50 mil ciudadanos mexicanos en completo abandono, terreno también mal ocupado por españoles. ¿Los paisanos de hoy estaríamos incluidos en el nuevo tratado, que ya somos millones y nos atienda López Obrador?
Mientras encontramos las respuestas y no sirva de mucho este análisis cuando se tenga a un agente de la migra enfrente, debería de ser al menos un ejercicio obligado al menos para no dar respuestas absurdas que en lugar de ayudar, irriten a quienes tienen otra opinión ni humor ni la voluntad de reconocer el aporte demográfico de los braceros de cuerpo completo. Hay que dar el ejemplo de raciocinio sino nos la vamos a pasar haciendo círculos.
Y para ser sinceros, que nuestros “gobernantes” en México no metan las narices ni abran la bocota que la empeoran, hasta que no estemos repatriados para que se ocupen de nosotros como es su deber. Bueno, eso dicen ellos y ellas cuando vienen acá pal’ norte pues.
