TAL CUAL
Deportados y encadenados
LUIS CARLOS RODRÍGUEZ GONÁLEZ
“Venimos con cadenas, como si fuéramos reos, delincuentes. Es una cosa terrible. Con dos esposas aquí -muestra las muñecas-, dos esposas en los pies y amarrados a la cintura”, comenta un migrante indocumentado, de unos 60 años, que arribó el aeropuerto de la Ciudad de México en calidad de deportado hace unos días y cuyo “crimen” para ser detenido en Estados Unidos fue ir en el mismo vehículo de otro mexicano que iba tomando una cerveza.
“Para ir al baño -en el avión- tienes que ir con todas las cadenas, sólo puedes orinar”, indicó otro de los 160 paisanos que fueron deportados en un vuelo de Nuevo México a la capital mexicana y quien corroboró que incluso en los baños de la aeronave hay cámaras de video para no perderlos de vista ni un momento.
El vuelo duró tres horas. Sin que les dieran alimento o ni siquiera agua a los migrantes deportados. Es el reportaje de la periodista Nayeli Cortés para el noticiero de televisión “Ciro en Imagen” que echa por tierra todo el discurso nacionalista y patriotero de la defensa de los migrantes que han enarbolado desde hace varias semanas funcionarios federales, gobernadores y legisladores.
Por orden presidencial se dispuso 1,000 millones de pesos para la defensa consular y de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en riesgo de ser deportados. En el Aeropuerto “Benito Juárez” de la Ciudad de México ninguna autoridad federal o de la capital del país, reclamó a las autoridades y agentes estadunidenses el maltrato y el encadenamiento de los 160 paisanos. Todos los lunes, martes y jueves en la Terminal 2 se repite la misma escena al mediodía.
El pasado 31 de enero, el presidente Enrique Peña Nieto y la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), encabezada por el morelense Graco Ramírez, se comprometieron a realizar una serie de acciones para implementar una defensa jurídica ante la eventual deportación de mexicanos que viven en Estados Unidos, así como velar por los derechos humanos de los deportados.
Ni el Ejecutivo Federal, ni los gobernadores, ni la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ni los legisladores de todos los colores, incluida la agencia de viajes legislativos llamada “Operación Monarca” que organiza foros, paseos y fotografías de senadores con migrantes en ciudades de California y Arizona, se han pronunciado ante este estos casos de paisanos encadenados en vuelos privados y que incluso ya cuando están en territorio mexicano siguen siendo tratados como delincuentes.
Los vuelos charter de paisanos encadenados no es un caso aislado. Medios estadunidenses han reportado en las últimas semanas que cientos de indocumentados mexicanos fueron detenidos en sus propios domicilios, encadenados y deportados bajo normas de seguridad similares a las que utilizan contra criminales violentos.
Es el México donde no pasa nada. Todos son vehementes discursos contra Donald Trump. Se asegura que será prácticamente imposible las deportaciones de paisanos de “ciudades santuarios”, se recurre a cifras alegres, se mencionan presupuestos millonarios para la defensa jurídica y velar por los derechos humanos de los paisanos vía los consulados, se promocionan programas como “Somos Mexicanos” para atenderlos en la frontera con empleo y apoyos, así como se promete una “deportación ordenada” por los 11 cruces fronterizos acordados entre los dos gobiernos. ¿y qué migrante no opta por ser ordenado cuando llega a México encadenado de las manos, cintura y pies? Tal Cual.
TAL CUAL/ Deportados y encadenados
LUIS CARLOS RODRÍGUEZ GONZÁLEZ. “Venimos con cadenas, como si fuéramos reos, delincuentes. Es una cosa terrible. Con dos esposas aquí -muestra las muñecas-, dos esposas en los pies y amarrados a la cintura”, comenta un migrante indocumentado, de unos 60 años, que arribó el aeropuerto de la Ciudad de México en calidad de deportado hace unos días y cuyo “crimen” para ser detenido en Estados Unidos fue ir en el mismo vehículo de otro mexicano que iba tomando una cerveza.
“Para ir al baño -en el avión- tienes que ir con todas las cadenas, sólo puedes orinar”, indicó otro de los 160 paisanos que fueron deportados en un vuelo de Nuevo México a la capital mexicana y quien corroboró que incluso en los baños de la aeronave hay cámaras de video para no perderlos de vista ni un momento.
El vuelo duró tres horas. Sin que les dieran alimento o ni siquiera agua a los migrantes deportados. Es el reportaje de la periodista Nayeli Cortés para el noticiero de televisión “Ciro en Imagen” que echa por tierra todo el discurso nacionalista y patriotero de la defensa de los migrantes que han enarbolado desde hace varias semanas funcionarios federales, gobernadores y legisladores.
Por orden presidencial se dispuso 1,000 millones de pesos para la defensa consular y de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en riesgo de ser deportados. En el Aeropuerto “Benito Juárez” de la Ciudad de México ninguna autoridad federal o de la capital del país, reclamó a las autoridades y agentes estadunidenses el maltrato y el encadenamiento de los 160 paisanos. Todos los lunes, martes y jueves en la Terminal 2 se repite la misma escena al mediodía.
El pasado 31 de enero, el presidente Enrique Peña Nieto y la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), encabezada por el morelense Graco Ramírez, se comprometieron a realizar una serie de acciones para implementar una defensa jurídica ante la eventual deportación de mexicanos que viven en Estados Unidos, así como velar por los derechos humanos de los deportados.
Ni el Ejecutivo Federal, ni los gobernadores, ni la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ni los legisladores de todos los colores, incluida la agencia de viajes legislativos llamada “Operación Monarca” que organiza foros, paseos y fotografías de senadores con migrantes en ciudades de California y Arizona, se han pronunciado ante este estos casos de paisanos encadenados en vuelos privados y que incluso ya cuando están en territorio mexicano siguen siendo tratados como delincuentes.
Los vuelos charter de paisanos encadenados no es un caso aislado. Medios estadunidenses han reportado en las últimas semanas que cientos de indocumentados mexicanos fueron detenidos en sus propios domicilios, encadenados y deportados bajo normas de seguridad similares a las que utilizan contra criminales violentos.
Es el México donde no pasa nada. Todos son vehementes discursos contra Donald Trump. Se asegura que será prácticamente imposible las deportaciones de paisanos de “ciudades santuarios”, se recurre a cifras alegres, se mencionan presupuestos millonarios para la defensa jurídica y velar por los derechos humanos de los paisanos vía los consulados, se promocionan programas como “Somos Mexicanos” para atenderlos en la frontera con empleo y apoyos, así como se promete una “deportación ordenada” por los 11 cruces fronterizos acordados entre los dos gobiernos. ¿y qué migrante no opta por ser ordenado cuando llega a México encadenado de las manos, cintura y pies? Tal Cual.