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Lozano Gracia y el debut del procurador

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Lozano Gracia y el debut del procurador

Moisés Sánchez Limón

La reaparición en escena del litigante Fernando Antonio Lozano Gracia y la “entrega voluntaria” del prócer ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, son elementos de una pelea arreglada.

Y si no lo es, vaya desperdicio de material para una novela policiaca con el ingrediente de la autoridad que debuta con un ridículo desplante que la evidencia novata en tal dimensión que ofrece una millonada para que cualquier chivato le eche la mano y diga dónde se encuentra el pillo veracruzano a quien su relevo interino le prestó el helicóptero para que se pelara.

Veamos. El nuevo procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade, seguramente encontró el mismo, o peor, tiradero que sorprendió a Jesús Murillo Karam cuando asumió ese cargo que lo llevó al límite del desgaste con el caso Ayotzinapa y, luego, su sucesora Arely Gómez González enfrentó el escándalo del corrupto sistema carcelario que arregló la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera el sábado 11 de julio del año pasado, casi cinco meses después de haber protestado en el Senado como procuradora bajo los mejores augurios.

El de Cervantes Andrade no es la excepción. Rindió protesta como procurador –en vías de convertirse en fiscal, merced a la reforma que entraña el Sistema Nacional Anticorrupción—el pasado 26 de octubre y, antes de cumplir un mes, debe atender los casos político-policiacos de cuatro ex gobernadores.

De este abogado, socio de uno de los despachos más caros de México, se conoce su proclividad, elemental en un litigante, a la negociación financiada. Por supuesto, su como senador debió apartarse de esa tarea por lo menos públicamente, sobre todo cuando aspiró a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cargo que le fue negado por su fama que no alcanzó a superar el espectro negativo y volvió a su escaño, del que hace menos de un mes pidió licencia para relevar a la abogada Gómez González en la PGR.

En fin. El caso es que, decía que seguramente encontró un tiradero porque lo de Ayotzinapa está atorado, el proceso de extradición de El Chapo avanza y se atora en los recursos de amparo y, aunque se ha referido que al inicio del año entrante será entregado a la autoridad estadunidense, el tema de los tratados de extradición requieren algo más que voluntad política.

Así que le dio prioridad a los asuntos políticos y comenzó por esta tarea que se imagina como lavar la cara de esa dependencia a la que, casualmente, en su momento el abogado Fernando Antonio Lozano Gracia, empujó hacia el desbarrancadero del desprestigio, como procurador de filiación panista que fue en los dos primeros años del sexenio del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

De acuerdo con la forma en que han avanzado los asuntos de los ex gobernadores acusados de crimen organizado, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y otros etcéteras, no escapa la suspicacia del arreglo político en el caso de Padrés Elías, cuya tranquilidad a la llegada al Reclusorio Oriente y después a la salida, en el momento en que es aprehendido, evidencia ese arreglo.

Parecía que el ex gobernador sonorense iba a un día de campo, de visita a un amigo en el juzgado, más que entregarse a la justicia para enfrentar los cargos que se le imputan. Vaya, hasta en un tuiter comenta sonriente cómo cubren los reporteros su presentación ante el juez. “Ojalá y me hubieran cubierto así cuando fui gobernador”, comenta Padrés y provoca la carcajada de su abogado Lozano Gracia.

¿Hubo arreglo? Todo indica que la pelea es un tongo. Esta semana el juez de la causa determinará la situación jurídica de Guillermo Padrés. Es posible que, por el grado de gravedad de los cargos, le dicten formal prisión y se quede unos meses en prisión, para demostrar que se aplica la ley. Luego, a seguir el juicio en libertad condicional.

Lozano Gracia, colega y socio de Diego Fernández de Cevallos, sabe cómo proceder en estos asuntos político judiciales. Cuando en 1997 fue detenido, en Easpaña, Pablo Chapa Bezanilla para enfrentar cargos cometidos cuando fiscal de los casos Posadas, Colosio y Ruiz Massieu, se allanó a la extradición, fue ingresado a prisión en México, estuvo unos meses a buen resguardo y luego obtuvo un amparo que le permitió seguir el juicio, que lo exoneró, en libertad.

Chapa Bezanilla fue el fiscal o subprocurador especial con Lozano Gracia y juntos fueron echados de la PGR el lunes 2 de diciembre de 1996 porque, amén del desprestigio al que llevaron a la PGR, fueron acusados de haber utilizado recursos públicos para beneficio propio.

¿Es tongo el caso de Padrés Elías? Dicen que cuando un ave tiene pico de pato, plumas de pato y patas de pato, es un canijo pato. Y, bueno, eso de ofrecer 15 millones de pesos por la captura del gobernador veracruzano con licencia, Javier Duarte de Ochoa, simplemente acusa incapacidad de los cuerpos de investigación e inteligencia de la PGR y del CISEN. ¿Se cansará temprano el abogado Cervantes?

Cuentan, por supuesto es broma, que Javier Duarte pidió a uno de sus cómplices que lo denuncie, pero se moche con 90 por ciento de la recompensa. De ese tamaño es el canguro Duarte, porque el marsupial es lo más cercano a una enorme rata. Con todo respeto para los canguros. Digo.

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