CARTAS DESDE CHICAGO
Con o sin Trump
/Rogelio Faz/
Con o sin Donald Trump la comunidad Latina, en particular la mexicana en Estados Unidos, seguirá siendo una de las mejores opciones en la economía del país, a pesar de las limitaciones por idioma y falta de papeles. Simplemente porque en la industria laboral como sucede en la construcción, los latinos, por mucho, somos una de las mejores alternativas por su disponibilidad y garantía de trabajo.
El pasado fin de semana dos instructores de seguridad laboral, certificados por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, OSHA, por sus siglas en inglés, una oficina del Departamento del Trabajo de los EU, viajó 4 horas por automóvil por una autopista interestatal desde Chicago al sur del estado de Illinois, para impartir cursos de seguridad y derechos laborales en español.
Para llegar allí el paisaje común son las granjas agrícolas donde se pasan millas de parcelas con sus graneros.
En estas áreas rurales hay gasolineras especializada en atender a transportistas con restaurantes de comida campirana y baños públicos, donde también se pueden comprar chucherías; allí la gente local tiene un aspecto raro, como si fueran personajes sacados de una película de “Men in Black”.
Esta gente campirana blanca tiende a estar a estar a favor de Trump, por lo mismo, se ven varias muestras de apoyo al candidato a orillas del camino con mantas grandes improvisadas con su nombre sostenidas por maquinaria agrícola.
En estos lugares en medio de la nada, también se llega a ciudades modernas que muchos llaman pueblos, que en nuestros países bien podrían ser la capital de cualquier estado.
Estas ciudades-pueblos para conseguir ese desarrollo urbano en medio de estas áreas rurales, y para que la inversión sea compensable, se requiere de mano de obra, más que calificada o barata, dispuesta a trabajar.
Lugares donde se pensaría no encontrar a un paisano, que al verlos se les pregunta cómo es que fueron a dar a un lugar tan escondido sin conocer a nadie, la respuesta es tan simple como comprensible. “los patrones nos trajeron de donde trabajábamos anteriormente”.
Se antojaría pensar que en estas circunstancias podría ser una oportunidad para abusar de ellos. Ya que son áreas retiradas de los grandes centros urbanos más cercanos – Saint Louis, Chicago, Indianápolis o Memphis-, donde las organizaciones defensoras de la comunidad son un apoyo.
A esos patrones se les podrá acusar de querer sacar provecho para su conveniencia económica. Y si hay algo de cierto como en toda economía, la gran diferencia consiste, como en este caso, en querer integrar a esos empleados no solo en la fuerza laboral, lo quieren hacer también respetando sus derechos y su seguridad laboral dentro de la ley.
En este caso en particular, los llamados patrones, como le decimos al mandamás en México (más con un sentido de servilismo que de empleador), están dando muestras de responsabilidad y compromiso sin importar el lenguaje, origen o documentación.
Mientras que muchas compañías tratan a toda costa de evitar estar en la mira del gobierno Federal de los EU que supervisan los derechos laborales, estos ‘patrones blancos’ solicitaron por iniciativa propia entrenar a sus empleados con las regulaciones de seguridad y los derechos a ser protegidos, incluso recurso que podría ser utilizado en su contra.
Durante dos días enteros, el viernes y sábado pasado con desayunos y almuerzos libre de costos, además con pago por los días de entrenamiento, los trabajadores cumplieron con su parte. Pero lo sorprendente fue escuchar a los mismos propietarios de esta compañía decir que además de querer estar en orden con las regulaciones de ley, quieren que sus empleados estén seguros y salvos porque: “quisieran tenerlos para siempre”.
Los trabajadores serán certificados convirtiéndolos en trabajadores responsables y esto se traduce en mejores sueldos. Y significa que con o sin Trump o incluso Hillary Clinton, esto no cambiara porque la ley del orden y la voluntad de trabajar no tienen fronteras así se esté tan feo como un “alien”, sin documentos.