*Su salida del PRI, hueco que nadie podría suplir
Por Luis Repper Jaramillo*
Hablar de política y de políticos en México nos lleva, necesariamente, mencionar nombres y hombres de prestigio, de diferentes partidos, políticos en toda la extensión de la palabra.
El auténtico político, es aquel que sabe de lo que habla, que conoce el país, a su partido, las necesidades de la población, que tiene convicción, que crea conciencia en quien lo escucha, apoya, incluso denosta. Sabe convencer, orientar y aconsejar, en pocas palabras el autentico político no es oportunista, convenenciero, entreguista, chaquetero, corrupto, inmoral e impune.
Sí, estoy hablando de México, en donde existen, no más de 10 referentes con estas cualidades, virtudes y sanseacabó.
Mencionaré los que considero políticos/políticos, a quien expreso mi respeto, reconocimiento, admiración y voto de confianza. Algunos ya murieron, otros están en activo, son los menos. De uno de ellos me ocuparé en esta entrega.
Primero, mencionaré nombres de personajes en quienes vi talento, convicción y aporte a la actividad política nacional, su obra ahí quedó: Don Jesús Reyes Heroles (PRI), Carlos Castillo Peraza (PAN), Don Luis H Álvarez (PAN), Heberto Castillo Martínez (siempre de Izquierda (PMS, FDN, PMT, PRD), Valentín Campa Salazar (PCM, PSUM), Luis Donaldo Colosio Murrieta (PRI), Manuel Gómez Morín (PAN), Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano (PRI/PRD)… y nada más. De la era moderna, ninguno, todos arribistas, oportunistas, tramposos e impunes –lo corrupto se les da por añadidura-.
De entre estos “modernos políticos” destaca uno que posee una larga trayectoria, siempre en el PRI, el de la “dictadura perfecta” hasta el año 2000/2012. Luego, cuando el dinosaurio retoma el control del país (no el poder, porque no ha sabido ejercerlo) en una elección cuestionada, amañada y corrupta, con EPN patrocinado por Televisa, Soriana, Monex, Humberto Moreira, Javier Duarte de Ochoa, etc. este “político moderno” asume un rol determinante, hasta antes del 5 de junio de 2016, como Presidente Nacional del PRI y sufre una estrepitosa y nunca padecida derrota, al perder 7 de 12 elecciones locales, que le costó la cabeza.
Me refiero al sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, un político de ese selecto grupo de 10 que menciono, cuyo discurso, personalidad, convicción y experiencia lo distinguen como orador y dominador de la palabra que agrada.
Manlio escapa a la recua de dirigentes y militantes del partido por acumular trayectoria, fácil diálogo, vasto bagaje recorrido y acumulador de enorme capital político –que a punto está el dinosaurio perder- que lo coloca como líder y guía de nuevas generaciones.
Su palmarés es abundante y con grandes éxitos: Gobernador de Sonora, 1991/1997, Senador (por su Estado) de 2006 a 2012, Diputado Federal para el trienio 2012/2016. En ambos fungió como Presidente de las Cámaras.
Dada su trayectoria, capacidad, poder de convocatoria e imagen política, el Consejo Nacional de su partido lo elige el 20 de agosto de 2015, como el Presidente del CEN del PRI. Pero la designación le deparaba una amarga experiencia como político con arraigo y para su partido, una derrota insultante, una desgracia para la arrogancia del partido.
Su llegada a Insurgentes Norte y Luis Donaldo Colosio, suponía un camino terso, iluminado, sencillo, para enfrentar una jornada electoral en donde estaban en juego 12 gubernaturas, que para la patanería del tricolor, “sería patito” ganar las 12.
Pero Manlio no supuso que desde la Secretaría de Hacienda (Luis Videgaray), de Los Pinos (Peña Nieto), de San Lázaro (su propia fracción parlamentaria) le jugaría las contras, pues en ese periodo de sesiones el Congreso aprobó varias Leyes que dañan a los mexicanos como la Financiera, la Laboral, la Energética, la de Telecomunicaciones, la de Salud, que en el papel aportarían beneficios a los 120 millones de connacionales, pero en contario, provocan miseria, abandono, indiferencia del sexenio, pero favoritismo a los hombres del dinero.
Nunca captó el sonorense que con esas decisiones –y el enemigo en casa, Luis Videgaray- la ciudadanía de las 12 entidades, cobrarían facturas al PRI y la madriza fue sonora, sólo 5 pudo ganar, las restantes se las repartieron PAN y PRD. Nunca antes el PRI había perdido tantos Estados y cedido tantos gobiernos a la oposición.
El mal ya estaba hecho. Luego del 5 de junio de 2016, todas las fuerzas vivas del partido, desde Los Pinos, hasta el militante más sencillo, culparon, acusaron, señalaron a Manlio Fabio, como el único responsable de la masacre. El dedo flamígero del primer circulo peñista (Golden Boys), atlacomulquenses, mexiquenses, señalaba al “político moderno” como el causante de la vergüenza electoral, dador al PAN de entidades como Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo, Chihuahua, Durango, que siempre habían estado en manos del tricolor.
Beltrones tuvo que “tragar camote”, asumir la responsabilidad… pero como fiel priista, no acusó que la derrota se debió a la torpe visión de Peña Nieto, Luis Videgaray y sus representantes en San Lázaro y Reforma 135, que aprobaron –en momentos inoportunos, antes de las 12 elecciones estatales- leyes mal diseñadas y atentatorias contra la vida de los mexicanos. Más aun, y lo sabe, que la gestión del inquilino de Los Pinos ha sido fallida, que un día sí y otro también, comete errores que insultan a la sociedad. La imagen pública y privada del priista #1 deja mucho que desear, no sólo en México sino en el mundo.
Eso, justo eso, detonó la caída del otrora partido “de las mayorías”.
Luego de este pasaje, el 20 de junio de 2016, 15 días después de la elección, el sonorense presentó su renuncia al cargo de Presidente del CEN del PRI y se autodesterró de la vida política. No quiso saber nada de Peña. En ese periodo su enemigo personal Luis Videgaray, fue destituido de la Secretaría de Hacienda. Se destapó la cloaca de los corruptos gobernadores de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (huido de la justicia), César Duarte Jaquez, de Chihuahua y Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo.
En ese trance, Manlio reaparece, en una reunión privada con Peña Nieto, en Los Pinos, de la cual no se dijo una palabra. Pero es un hecho que entre Beltrones y Peña existen muchas diferencias políticas, partidistas, de visión y de actuación, que los tiene distanciados; más ahora, que dentro de la casa presidencial en Constituyentes y Parque Lira, se infiltró un “consejero” llamado Luis Videgaray Caso, sin nombramiento oficial, ni plaza burocrática, que azuza a su paisano, mal, pero muy mal, como la visita a Los Pinos, del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
Días adelante, el ex dirigente nacional del PRI, es detectado en coloquial charla y labor de convencimiento, en un café del Centro Histórico, con el dirigente de la Tribu Galileo, del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, ex líder del Sol Azteca.
Luego, el aún priista, es invitado a participar en el Foro Diálogos Galileo: “Gobiernos de Coalición”, organizado por la Iniciativa Galileos, en donde se juntan Guadalupe Acosta Naranjo, Alejandra Barrales, Presidente Nacional del PRD, Alberto Anaya, líder del PT, Carlos Navarrete, ex dirigente nacional del Sol Azteca, Fernando Belauzarán, quienes acogieron, aplaudieron y distinguieron la presencia y participación de Manlio, en un ambiente festivo, afectivo y de convencimiento.
Don Jesús Reyes Heroles, decía “en política, la forma es fondo”, es decir, “lo que se ve, no se juzga” y si Beltrones fue a Los Pinos y no salió sonriente, estar ahora con la izquierda moderada del país, lanza un mensaje inequívoco: “allá me vituperaron, me corrieron del partido, me enfrentó el Grupo Atlacomulco” ¿Qué hago aquí?
Y si no, dejo esta postura que hizo en el citado Foro: “el modelo de Gobierno actual está agotado y habría que transitar a un Gobierno de coalición en 2018, porque el de transición que se dio en el 2000 no funcionó. El sistema debería funcionar en 2018 a través de gobiernos de coalición”, palabras de Manlio Fabio Beltrones.
Surge entonces la pregunta, ¿será Manlio candidato de la izquierda moderada (PRD, PT) a la presidencial en 2018? porque ha roto con Peña, Videgaray, Ochoa Reza, el Sistema, etc.
Insisto, “en política la forma es fondo”, la izquierda no tiene opción, Mancerita, indeciso, titubeante, indefinido. López Obrador, obstinado, terco, necio en ser candidato. ¿Por qué no, la siniestra que necesita México, postula un político experimentado, capaz de corregir las fallas del actual Sistema? tiene enorme capacidad de convocatoria, gran capital político, fácil y elocuente oratoria?
No es casual, sino causal le resurgimiento de Manlio Fabio, en el ala opuesta del PRI, y como dice el refrán: “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo”. A temblar tricolor.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)