Mosaico Ciudadano
LAS PALABRAS DEBEN COBRAR SENTIDO.
Por: Amalia Martínez Austria.
El porvenir de un pueblo democrático no es el resultado de la casualidad, es producto de la libertad, la unidad, el entendimiento, la inteligencia y la determinación de sus ciudadanos. Más que un resultado fortuito, el éxito de un país esta determinado por lo que su sociedad y su gobierno son capaces de planear, prever y decidir.
El gobernar, implica tener la decisión de concretar planes específicos debidamente planificados mediante la observancia clara y real de la problemática existente.
El político lleva su responsabilidad al límite, responde con hechos lo que hizo con sus dichos. Une pensamiento y acción con el único fin del bien común, esencia y significado de la palabra gobernar.
Es exacto, el bien común debería ser la esencia por la cual todos los que se encuentran en posición política de hacerlo, tendrían que particularizar sus acciones en favor siempre de las personas más vulnerables. Para ello, es necesario tener un pleno conocimiento de la sociedad, conocer de forma real sus necesidades, sus carencias, así como sus fortalezas y posibilidades.
Nunca será posible lograr el progreso para todos, en tanto nos dejemos seducir por el lenguaje dulzón de quien desea lograr el voto, sea de cualquier personaje que encabece a cualquier partido político. Siempre que escucho a un servidor público y observo su trabajo, en muchos me queda la esperanza de que se formule un cambio, otros simplemente nos dejan la posibilidad de observar al tiempo si cumplirán sus promesas de cambio. En la sierra gorda de Hidalgo, entrevisté a Andrés Manuel López Obrador, un hombre con ángel para muchos, observador, estudia las reacciones y sabe cómo llevarlas al límite con su lenguaje goloso. Dice lo que se quiere oír, con un discurso aprendido y expresado por igual en todos los lugares donde hace presencia. Ciertamente y como nos lo compartió, hay gente que lo arropa en su proyecto, pues mantener un movimiento de regeneración nacional no es fácil por tanto tiempo y como lo reitero, se apoya de los legisladores de Morena.
Más allá de hablar de un “cambio verdadero” en la entrevista quedo claro, que no tienen un conocimiento pleno de la ciudad que visita, no hay singularidad en sus palabras, habla en plural como si las circunstancias de un país fueran las mismas en todos los lugares. Esta es la parte más triste, el sonido goloso, la descalificación y particularización de todo, cuando cada espacio tienen sus propias divergencias y repito, sus propias fortalezas.
la política bien entendida implica el respeto a los distintos modos de pensar, implica, con generosidad y sin celo, la posibilidad de unir talentos, promueve el desarrollo, gobierna con conocimiento, en rectitud con integra equidad. El discurso del López Obrador es autoritario, intolerante, su decir son palabras de choque, y debido al hartazgo de la sociedad, aplaudido porque dice lo que sabe se quiere oír, el problema es que pierde la oportunidad de explicar cómo lograr “su cambio verdadero”.
Las palabras huecas al cabo, pierden sentido, y es una lástima porque teniendo ángel, no sabe sacar el debido provecho. Sus descalificaciones contantes a las personas que piensan distinto a él, a las Instituciones cuyo trabajo desprecia, a los medios de comunicación que no le favorecen con la información, son sin duda un punto que al tiempo pueda cobrarle factura.
Sí, hay lugares muy pequeños, aunque con gran historia y potencial en toda la república mexicana, es responsabilidad de todos los actores políticos conocerlos, no en un recorrido a flor de tierra, es más que eso, atreverse e involucrándose en su andar con los ciudadanos, conocerlos, saber de las carencias de los marginados, de los que tienen falta de oportunidades, conocer el potencial de cada lugar, todo político tiene la obligación de hacerlo. Se requieren nuevas estrategias, nuevos rostros, mejores principios, y mas que dogmas, acciones humanas y concretas.
México requiere tiempos de cambio. Jamás podrán lograrse en tanto todos los actores políticos todos, cada partido y ciudadanos entiendan que el bien común esta por encima del propio, cuando observemos que la propia ineptitud en el trabajo, la pereza de cada dia, la corrupción que permitimos, que incluso alentamos y dejemos de promover tanta descalificación, y busquemos propuestas correctas para todos y fundamentadas, existirá ese cambio verdadero al que todos aspiramos.
Nunca el discurso dulzón, goloso y mentiroso será ya una opción de cambio. Queda claro que jamás podrá serlo. Se requiere mas que eso, una explicación real de cómo lograrlo. Todos debemos asumirlo y entenderlo. El pueblo es merecedor del gobierno que elige, y mas que un partido, la figura de quien ostenta la posibilidad de un cambio debe mantener el corazón y la mente abierta, entender que no se puede jugar con los grupos mas vulnerables y que aspiran a vivir mejor, que es una vergüenza hacerlo. Toda figura política debe comprenderlo, son tiempos nuevos, de cambio. La república mexicana tiene grandes atributos, los tiempos se cumplen y nos compete a todos por igual trabajar unidos y con el deseo de lograr acciones significativas, pensadas según las características particulares de cada espacio, quizás ese ha sido el error, fundamentar las transformaciones siempre pluralizadas como si cada sitio fuera enteramente igual, las circunstancias las mismas. Queda claro que los tiempos cambian, y hoy se requieren en cualquier medio personas mas comprometidas, nuevas figuras y espacios, los antiguos dogmas han dejado de interesar, es claro y muy cierto, las palabras deben cobrar sentido.
