Moisaico Ciudadano
¿QUE TIENE QUE PASAR?
Por. Amalia Martínez Austria
Cepillo, tinta y trapo…caminar horas para ganar tan solo un poco, 4 años de edad, imagen de un niño bolero que recorrió las redes sociales y que sigue pasando.
Imagen que es el diario acontecer en cualquier ciudad o municipio de México, donde la desigualdad y disparidad en la forma de vida es vista como algo natural que a mucho, ha dejado de importarles.
Ser niño es la posibilidad de ver la vida con ojos limpios, es creer que no hay nada más importante que ganar el juego de futbol en la cascarita de la colonia. Es aprender el 2×2 hasta completar las tablas de multiplicar, y ver a los padres como lo más absoluto y grande en la vida.
En esencia esta es la niñez, crecer con alegría e ir aprendiendo en todos los sentidos. «en esencia» pero tristemente no para todos, nuestro país tiene un gran rezago para instrumentar los medios adecuados que les den seguridad y bienestar a los niños. Violencia intrafamiliar, niños en condiciones de calle, violaciones, inseguridad no son el medio óptimo para asegurarles una niñez feliz. Nosotros los adultos no hacemos mucho para cambiar estas condiciones. Según datos revelados por el INEGI revelados en el 2015 el 3.5 por ciento de la población de 6 a 14 años no asistía a la escuela. La violencia en México es un factor determinante de la deserción escolar y una de las causas más importantes de muerte infantil. Los niños y adolescentes crecen en un contexto violento que deja profundas secuelas en su vida por la violencia que se ve reflejada en el aspecto físico, sexual, psicológico, discriminación y abandono.
Que nos tuvo que pasar a nosotros ciudadanos para que caminemos sin ver, sin sentir, sin que nos mueva el deseo de cambiar las cosas y mejorarlas.
Que tuvo que pasar, para que sin el menor sentimiento de equidad, políticos cobren sueldos dispares y millonarios en comparación a la tasa general del sueldo del obrero, del campesino del asalariado en general…
Que ha pasado entre los movimientos sociales y la constitución de un Estado de derecho en la historia de México, para que esos ideales se perdieran y la muerte de tantos hombres quedara en el olvido de forma por demás innecesaria y banal para muchos.
Donde están los nuevos reformadores, esos que, con claridad y sentimiento patriótico transforman y están comprometidos con los nuevos tiempos? Donde está la concordancia entre el pensar y actuar en cada uno… donde la manera de concretar con hechos, los dichos de los que pueden hacerlo?
Hasta cuando seremos meros observadores y nos propongamos con la fuerza de nuestro trabajo cambiar las cosas, exigir con respeto y en el pleno uso de nuestro derecho a través de la unión y el esfuerzo a las autoridades que elegimos y nos representan en los congresos que hagan lo correcto? Que los que no lo entiendan, se pongan la camiseta y la suden como el campesino, el obrero.. el desposeído.. con los mismos sueldos, las mismas carencias y el mismo esfuerzo para que exista la comprensión de cuál es la verdad del México de hoy..
Todos los años en especial cada fecha importante dedicada a los niños, se hace un recuento para observar lo mal que esta la sociedad, y más que números y estadísticas es indispensable proveer y asegurar el bienestar de cada niño otorgándoles educación, un ambiente familiar optimo, seguridad social y en esencia todo aquello que les permita un desarrollo digno y pleno.
La responsabilidad para lograrlo no solo es por parte del gobierno, ni de las instituciones asistenciales o asociaciones civiles, debemos también decirlo y hacer consciencia. La responsabilidad es de todos y cada uno construyendo con trabajo y amor la vida de cada niño, empezando en casa y siendo generosos con los que menos tienen. Es entonces que podremos celebrarlos a todos, cambiar su realidad, con el optimismo y la seguridad de que se forjaran mejores tiempos, mejores generaciones, un mejor país. Construyamos con buenos ejemplos, enseñándoles lo bueno de la vida, mostrándoles que no es dividiendo como se consiguen las cosas, sino siendo honrados en los actos, en los hechos. Aprendamos de ellos sus grandes cualidades, su inocencia, su verdad en el decir, su honestidad en la amistad y su facilidad para resolver cualquier diferencia, tal vez si observamos podamos ser mejores personas, mejores ciudadanos, más limpios, libres y confiados. Tal vez comprenderíamos mejor las cosas, solo basta ver aquellos niños que siendo golpeados perdonan y aman sin reservas a sus padres y madres que le levantan la mano.
Quizás entonces, cuando tomemos la decisión por el bien de todos, por el bien de México, sin intereses personales o de grupo, de conveniencias banales, que podamos dejar de ver tanta desigualdad. Quizás entonces cuando entendamos que aun cuando puedan trastocar puntos que no convengan a nuestros particulares deseos, cuando seamos consciente nosotros padres del daño que implica la violencia. México pueda avanzar en serio… Pisamos el mismo suelo, lamentable que no con las mismas oportunidades, en tanto Juan, Pedro o como se llame cualquier niño que viva en la miseria serán imágenes que nos conmueven 1 minuto y pase al olvido.. nos estamos acostumbrando… esta mas que visto.