CARTAS DESDE CHICAGO/
El Caperucito Rojo y el Lobo Feroz
Rogelio Faz
Si intentáramos poner en contexto la reunión entre el presidente de México Enrique Peña Nieto y el candidato Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, bien podríamos enmarcarlo en un cuento clásico como el de Caperucita Roja y el Lobo Feroz. Sin embargo, más allá de parecer un cuento es de preocuparse por sus efectos que no son ninguna fantasía.
A diferencia de los mexicanos de México que expresan su humillación, los mexicanos de Estados Unidos además de humillación es muy probable lo veamos reflejado en una actitud anti latino en EU. Los que antes se abstenían de comentar en público bien nos lo podrían restregar en la cara.
Peña Nieto podrá dar mil justificaciones pero no cabe duda que hizo el papelón de inocente -en México le decimos de otra manera- como la Caperucita Roja cuando se dejó engañar por el lobo. Su única excusa según Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, fue para ‘sensibilizarlo’. ¿De cuándo acá se domestica a un lobo viejo y mañoso?
En el mundo real la imprudencia se paga, Peña Nieto y quienes lo aconsejaron no le vieron los colmillos al lobo de Trump. Que los llevo con engaños por el camino boscoso para después aparecerse como la abuelita abnegada que merecía atención, para después comérselos.
Ese es el verdadero Trump que no sabe de diplomacias o compromisos políticos, que solo anda en busca de incautos. Su historial de negocios lo delata. Es como el típico gandaya de ‘dealer’ de autos de segunda que embabuca a sus víctimas con financiamientos fáciles y tóxicos.
Diría Juanga “pero qué necesidad, para que tanto problema”. Pero la decisión de Peña Nieto de darle recibimiento como si fuera un jefe de Estado, no solo lo exhibió a él como un político perdido en el bosque, nos regresó a la era del México agachado, ¡qué necesidad! No me ayudes compadre. Más que un precio político tendrá un costo social que habremos de pagar los paisanos.
La relación México-EU está llena de esas historias donde los mexicanos nos hemos quedado bailando solos, y los que vivimos en EU lo hemos constatado una que otra vez lidiando y tomando medidas sino por las buenas por las malas.
Tampoco se trata de enfrentar de manera violenta y a lo macho a todo aquel que nos miente la madre o nos diga nuestras verdades, simplemente hay que ser claros y firmes en las convicciones y más cuando se pretende hablar por los demás.
No obstante, Peña Nieto al querer actuar de manera diplomática con alguien que no ostenta ningún cargo público al darle pódium de estadista, nos puso en la ‘boca del lobo’. Esta como para un cuento de ficción con moraleja real.
