/MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN/
Hace unos meses, en este espacio, aludí a una versión relacionada con el cambio que se avecinaba en Comunicación Social de la Presidencia de la República. La alusión era específica respecto del vocero Eduardo Sánchez y su remoción del cargo, consecuencia de los yerros en su área que implicaban e implican ausencia de una política de comunicación.
La respuesta fue ampulosa, del nivel de quien tiene la piel delgada y evidencia ausencia de tacto para enfrentar este tipo de, si usted califica, críticas en sentido incluso propositivo. Y es que, si la burbuja sólo permite pululen adulaciones y falsas buenas noticias, entonces alguien debe, con conocimiento de causa, señalar equívocos.
Por supuesto, aquellos exquisitos cuanto columnistas o analistas de supuesta beligerancia que reciben la línea junto con la publicidad en espacios personales, no se atreverán ni se atreven a cuestionar actos de gobierno y endulzan el oído de los virreyes con sedicentes críticas que bordan en la recomendación oficiosa. En fin.
En este tenor, no creo que el vocero presidencial haya pedido ese favor publicado en una columna de El Universal, en una bravuconada de quien desde el otro lado de la acera lanza la acusación callejera para ver si es chicle y pega.
“Ya los vi, cabrones, ustedes me andan criticando porque quieren mi chamba y están ardidos porque los despidieron”. Así entendí esa ampulosa y cobarde reacción de algún personaje de las grandes ligas del sector público, que pidió el favor para publicar las líneas de su línea en la columna de trascendidos de El Universal.
Quizá el lector no entienda mucho de esto que es el pan de cada día en la relación prensa-gobierno donde la batería de los dizque críticos suele pasearse por el país para hablar bien de los virreyes y encomiar los informes de gobierno y ponderar, nomás porque sí, al Presidente de la República.
Sí, perecieron los tiempos de aquella praxis entre periodistas “perro no come perro”, porque los primeros en romper esa tradición de la palabra de caballeros, fueron los que se pusieron al servicio del mejor postor para hacer trizas al colega que pensaba y piensa diferente.
Por eso la respuesta agresiva a lo que también publicaron otros colegas respecto del relevo de Eduardo Sánchez en la vocería presidencial y la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República, donde el manejo de las redes y los medios digitales está reservado en un área en la que se dicta quién sí quien no recibe publicidad.
O los coordinadores de Comunicación Social que deben ceñirse a esas órdenes para privilegiar páginas digitales que son espacios en los que se pagan servicios del poder. Por supuesto la inmensa mayoría de los colegas y no colegas que están al frente de esas oficinas de comunicación social en dependencias oficiales, se niegan a aceptar esas condiciones que llevarían la máxima de no te pago para que me pegues. Y la inversa, te pago para que no me pegues.
Entiendo, incluso, que por ello entresemana no se publique en otros medios. Y lo entiendo porque se trata de un trabajo de sobrevivencia. Sabemos en el medio periodístico de qué pie cojea cada cual y quién sirve a quién.
Entre gitanos no se leen las cartas, pero el cambio de la relación prensa-gobierno está a la vista. ¿Por qué? Porque en el gobierno federal es urgente una política de comunicación social que, como advirtió la secretaria General del CEN del PRI, Carolina Monroy del Mazo, posibilite defender al Presidente y responder con elementos fundamentados y de peso informativo a la campaña de denostación y escándalo que ha llevado a Enrique Peña Nieto a niveles de rechazo popular, en el top ten, no imaginado cuando se instaló en la cresta de la popularidad.
Es la simple y llana Ley del Talión. Pero los pescaron, nuevamente, fuera de su espacio de responsabilidad y el dizque reportaje del plagio en la tesis del licenciado Enrique Peña Nieto, en la UP, le volvió a pegar en la línea de flotación. La respuesta fue ñoña y como gasolina a la hoguera.
En este tenor, la información que tengo de fuentes dignas de crédito refiere que en Los Pinos se alista el cambio de vocero presidencial y de otros integrantes del equipo de Comunicación Social; incluso ha llegado un personaje que todos los días requiere de un informe de tareas de trabajo. Y se ha encontrado con severas fallas.
Me platican que alguien de buen nivel en esa área, ordenó recortes en los viáticos del personal que se encarga de las giras presidenciales, pero cobra el total, es decir, se queda con una parte para la engorda del cochinito que le permita sortear los avatares de la banca.
¿Se va Eduardo Sánchez antes del próximo 1 de septiembre? Me dicen que es alta esa probabilidad y se dará junto con la remoción de integrantes del gabinete que hacen su tarea ara quedar bien con el Presidente pero no con los ciudadanos a los que reparten promesas y despensas y casas que son inhabitables. ¿Habrá otra respuesta oficiosa a la versión de cambio en la vocería presidencial? Ya les platicaré. Conste.
MIÉRCOLES. Me comentan que en la Secretaría de Gobernación sienten frío de abandono de Los Pinos y creen que Luis Videgaray tiene algo que ver. La madriza por la sucesión presidencial está de pronóstico. Sólo hay que ver cómo se comportan los presidenciables cuando están juntos en un acto oficial. ¡Ah!, ¿quién impulsa desde lo alto a la senadora que quiere ser gobernadora de Coahuila? Digo.
@msanchezlimon
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