- 20 representantes internacionales realizan recorrido en la zona lacustre de Xochimilco
- Milenario sistema de cultivo en chinampas que garantiza alta productividad agrícola
/Pasaporte Informativo/
El gobierno delegacional organizó un recorrido por la zona lacustre para que pudieran observar en una chinampa demostrativa el sistema de cultivo tradicional de la región, también visitaron un ajolotario, donde se reproducen ajolotes, especie endémica. Ambos símbolo de la identidad xochimilca.
Durante el segundo día de actividades del taller internacional Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) para América Latina y el Caribe los participantes recorren la zona lacustre de Xochimilco.
Desde temprana hora, alrededor de 100 personas, entre ellos investigadores, académicos, medios de comunicación y funcionarios públicos de la Ciudad de México, de la delegación Tláhuac y Xochimilco, acompañados por 20 representantes internacionales, recorrieron la zona lacustre de esta demarcación, para conocer las particularidades del cultivo en una chinampa demostrativa.
Se calcula que la técnica de elaboración de las chinampas, del náhuatl chinamitl «seto o cerca de cañas»; tiene una antigüedad aproximada de 4 mil años. Elaborada de manera manual con el lodo y vegetación del lecho del lago rodeada de árboles de ahuejote, haciendo analogía de este bordado de elementos naturales de la zona lacustre que le brindan una alta productividad de hortalizas y plantas de ornato durante todo el año.
Por la tarde de este mismo día, en el Museo Dolores Olmedo, se expondrán los potenciales de México y de diversos países para ingresar al SIPAM, que según su propia definición son aquellos con sistemas de usos de la tierra extraordinarios y paisajes ricos en diversidad biológica, que evolucionan de la coadaptación de la comunidad rural/población con su medio ambiente.
Xochimilco y Tláhuac son la última parte del actual territorio de la Ciudad de México, en el que aún sobrevive este milenario sistema de cultivo. Su inclusión en el SIPAM representaría un avance significativo para la preservación de nuestro patrimonio natural y cultural. Cuyo valor excepcional fue reconocido ya por la UNESCO desde el 11 de diciembre de 1987.
