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Testaferros de Duarte de Ochoa, criminalizan a periodistas asesinados

  • La estrategia del gobierno veracruzano es ligarlos con el narco

/JOSÉ SÁNCHEZ LÓPEZ/

NO es la primera vez que JAVIER DUARTE DE OCHOA, mandatario veracruzano, intenta justificar los crímenes de periodistas, y ya van 19 durante su gestión, asociándolos con el crimen organizado.

Lo ha hecho veladamente, a veces amenazante y en otras ocasiones medainte prestanombres, mercaderes de la pluma que, obviamente, no aparecen en la nómina pero que son recompensados generosamente.

El 30 de junio de 2015, el priísta JAVIER DUARTE DE OCHOA, con 14 crímenes de periodistas a cuestas, ofreció intimidatoria conferencia de prensa:

“Se lo digo a ustedes, por su familia, pero también por la mía, porque si algo les pasa a ustedes a mí me crucifican. Todos sabemos quiénes andan en malos pasos, dicen que en Veracruz sólo no se sabe lo que todavía no se nos ocurre. Todos sabemos quiénes, de alguna u otra manera, tienen vinculación con estos grupos. Todos sabemos quiénes están metidos con el hampa. ¡Pórtense bien! Vienen tiempos difíciles”.

Y como lo acostumbran los políticos tramposos, se dijo víctima de un juicio sumario, una sentencia popular y un linchamiento.

Y sí, venían tiempos difíciles, aún faltaban otros cinco asesinatos de comunicadores y los que, infortunadamente, puedan sucederse en lo que le resta de su gestión.

En esta ocasión fue el asesinato de la periodista ANABEL FLORES SALAZAR, de 32 años, madre de un recién nacido y un niño de cuatro años. Formó parte del periódico El Mundo de Orizaba, después trabajó para el diario El Buen Tono y actualmente laboraba en El Sol de Orizaba.

El lunes 8 fue sacada de su domicilio en Mariano Escobedo, Veracruz, por hombres armados que dijeron ser policías tener una orden judicial para su arresto. Un día después fue encontrada muerta con señales de tortura, en el kilómetro 1+580 de la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, en
Puebla, a varios kilómetros de donde fue sustraída. Presentaba huellas de tortura.

ANABEL cubría la “fuente” policiaca en los municipios de Ciudad Mendoza, Acultzingo, Nogales, Maltrata e Ixtaczoquitlán.

Había que alejar sospechas luego del secuestro de la comunicadora y fiel a su amenazante discurso de junio de 2015, la Fiscalía del Estado emitió un escueto boletín en el que señaló que en agosto de 2014 Flores Salazar había estado en compañía de JOSE MARQUEZ BALDERAS, “El Chichi”; jefe de “Los Zetas”.

El cuerpo fue localizado al día siguiente, pero ya la duda había sido sembrada. Podría haber estado ligada al narco.

Mientras tanto DUARTE, aparentemente permanecía callado, pero ya sus testaferros hacían lo propio.

El diario Buen Tono informó: “ANABEL fue despedida en septiembre de 2014, al constatarse que su nivel de vida no correspondía con el sueldo que percibía en la empresa. Manejaba una camioneta Patriot, de su propiedad, vehículo que difícilmente puede ser adquirido por un
reportero, debido a su alto costo”.

Y el Sol de Orizaba, en respaldo al Buen Tono, sostuvo que ANABEL era reportera freelance (por fuera) desde hace seis meses.

Vino la réplica de reporteros de la región central y del estado de Veracruz, que manifestaron su repudio y exigieron al gobierno federal y a los de Veracruz y Puebla, que “dejaran de ser omisos y pararan la masacre en contra de ciudadanos, de periodistas, niños, adolescentes y mujeres”.

En posicionamiento público, denunciaron que el gobierno de DUARTE está permeado por la delincuencia y exigieron parar “esa estúpida masacre en contra del periodismo en Veracruz de parte de este desgobierno y que frene la pesadilla que todos ustedes están provocando en toda la
entidad veracruzana”.

“¿No quieren que escribamos tragedias? dejen de provocar tragedias. ¿No quieren leer hechos violentos? dejen de crear las condiciones para que existan. La prensa sólo es un espejo de la vida real, nosotros no inventamos nada, sólo anotamos”.

Amnistía Internacional (AI) también se manifestó por “la horrorosa realidad que afrontan los informadores en México”.

“Aquellos que no están dispuestos a detenerse ante nada para silenciar a los periodistas deben pagar por sus delitos. No proteger a quienes exponen la realidad de los abusos en México, equivale a intentar esconderlos debajo de la alfombra”,  dijo ERIKA GUEVARA, directora de AI.

A su vez, CARLOS LAURIA, coordinador del Programa de las Américas del Comité con sede en Nueva York, dijo: “tras el crimen de un comunicador, las autoridades de Veracruz, lejos de esclarecer satisfactoriamente los hechos, se dedican a denigrar, a criminalizar las actividades de los periodistas locales sin proporcionar alguna prueba concreta. Exhortamos a las autoridades a abstenerse de hacer acusaciones infundadas que podrían poner aún en mayor peligro a la
prensa de Veracruz”.

Ante tales señalamientos, tuvo que dar la cara JOSE ABELLA, director de El Buen Tono, quien en entrevista con CIRO GOMEZ LEYVA, aseguró que ANABEL recibía dinero del crimen organizado para repartirlo a los demás periodistas para que no publicaran lo que sucedía en la región.

Explicó que la ciudadanía se espanta de escuchar que algún periodista está coludido con el narcotráfico, pero eso es una realidad. “Sí claro, muchos aquí en el estado, y muchos en el país están bien metidos en la mafia”.

Si hace tales afirmaciones es que esa situación la conocía desde antes y el no denunciara lo convierte en cómplice, además de que no se atrevió a dar ningún nombre de los periodistas que aún no asesinan y que sí pueden defenderse.

Ante el mismo entrevistador, HUGO MORALES ALEJO, director de La Nigua.com y reportero de la zona centro de Veracruz, dijo que ANABEL no recibía dinero ni lo repartía a periodistas y detalló: “cuando recibimos una orden de alguien del narcotráfico, la información no se publica, porque sabemos que si lo hacemos nos van a matar y nadie, muchos meno el gobierno nos va a defender”.

“Cuando se recibe la orden del narcotráfico de no publicar un tema, se acata, para que no te destruyan las nalgas a tablazos, pero eso no quiere decir que se reciba dinero; no somos criminales y si no se publica una nota es por seguridad”.

MORALES ALEJO aseguró que cuando un periodista es asesinado, el gobierno de Veracruz ya cuenta con una ficha para criminalizarlo.

NOE ZAVALETA, corresponsal de Proceso en Veracruz, coincidió en que ANABEL no recibía dinero y en contraposición a lo asegurado por el director de El Buen Tono, señaló que éste sólo se mueve por intereses personales y políticos.

No es periodista, es un oportunista que navega según la corriente, como lo demuestra el hecho de que fue candidato del PAN a la alcaldía de Córdoba y actualmente se alinea con el partido en el poder.

DARIO RAMIREZ, ex director de Artículo 19, indicó: «resulta extraño que en los casos de periodistas, la mayoría estaban relacionados con el narcotráfico, que tenían un nexo directo o eran perseguidos por esas bandas, mientras que si hay un tiroteo entre sicarios o un asalto, las investigaciones se agotan o se mantienen abiertas». ***UN HÁBIL MANIPULADOR HACE QUE LA VICTIMA PAREZCA UN CRIMINAL Y EL CRIMINAL LA VICTIMA. ***AU REVOIR.

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