- “Teto” Murguía, me platican, aceptó con ciertas reservas; presionó hasta el último momento el pasado fin de semana, buscó negociadores, sus operadores incluso echaron redes en espacios de otros contrincantes para levantar su imagen y ubicarlo en la preferencia del electorado; igual pretendieron las senadoras con licencia Graciela Ortiz González y Lilia Merodio Reza, quienes incluso vendieron la foto que se sacaron con Manlio Fabio Beltrones en su reciente visita a Chihuahua, donde inauguró las remozadas instalaciones del PRI estatal, como un mensaje de que eran favoritas en el juego selectivo
/MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN/
En el alto mando priista los nombres de Héctor “Teto” Murguía Lardizábal y Leticia Herrera Ale se habían convertido en un factor de riesgo de fisura en la carrera por la nominación a gobernar Chihuahua y Durango; no tenían posibilidades de ser candidatos pero son priistas distinguidos y con suficiente capacidad económica y de membresía para entrarle a una contienda doméstica.
Ambos, empero, se han disciplinado, aceptaron la unción de quien la unidad priista determinó ungir candidatos a dichas gubernaturas, mediante premios de consolación preventivamente nominados a las alcaldías de Ciudad Juárez y Gómez Palacio.
“Teto” Murguía, me platican, aceptó con ciertas reservas; presionó hasta el último momento el pasado fin de semana, buscó negociadores, sus operadores incluso echaron redes en espacios de otros contrincantes para levantar su imagen y ubicarlo en la preferencia del electorado; igual pretendieron las senadoras con licencia Graciela Ortiz González y Lilia Merodio Reza, quienes incluso vendieron la foto que se sacaron con Manlio Fabio Beltrones en su reciente visita a Chihuahua, donde inauguró las remozadas instalaciones del PRI estatal, como un mensaje de que eran favoritas en el juego selectivo.
Personeros de las senadoras refutaron lo expuesto en este espacio de entresemana y les dieron abiertas posibilidades de lograr la nominación. Seguramente el senador Emilio Gamboa Patrón deberá revisar sus manuales de cómo lograr una candidatura sin ser el fiel de la balanza y cómo se le revirtió la máxima de engañar con la verdad, porque desde hace rato sabía que el candidato al gobierno de Chihuahua no sería ninguno (a) de sus allegados.
Y es que la era Beltrones en el PRI se ha significado por arreglar las diferencias políticas de sus cuadros aspirantes a cargos de elección popular por la vía del acuerdo de unidad: aunque no se desactiva el riesgo de un desprendimiento que tome la ruta independiente. Por ello hay decisiones prioritarias.
Durango, por ejemplo, fue una prioridad porque el escenario de aspirantes advertía el riesgo de desprendimientos y la fractura en el PRI. Así, a principios de este mes el acuerdo de unidad devino en la designación de Esteban Villegas Villarreal, alcalde con licencia de la capital duranguense cuyo sello es la cercanía con el gobernador Jorge Herrera Caldera.
Ahí, la senadora Leticia Herrera Ale, aspirante con suficientes cartas de recomendación para buscar la candidatura al gobierno estatal, fue llamada por Manlio Fabio Beltrones a privilegiar la unidad, evitar la confronta con el gobernador Herrera Caldera y aceptar la nominación de Villegas Villarreal. A cambio, fue nominada a la presidencia municipal de Gómez Palacio, considerada la ciudad de mayor importancia en la entidad por encima de la capital.
En fin, en Durango se aplicó la negociación y se repartieron cargos de consolación entre quienes soñaron con suceder a Herrera Caldera. Ya veremos cómo transita la Convención de Delegados que debe realizarse el próximo 24 de enero. Lo cierto es que, en todo caso, el gobernador tiene la obligación de entregar buenas cuentas y demostrar que no se equivocó al respaldar a Villegas Villarreal, quien ya fue dirigente del priismo duranguense.
En este escenario de la definición de los candidatos a las doce gubernaturas que se dirimirán en las urnas en junio del año entrante, con especial prioridad por las característica de los aspirantes, soñadoras y soñadores, toca el turno a Chihuahua donde este miércoles 23 de diciembre, Enrique Serrano Escobar registrará su candidatura que será ratificada el tres de marzo de 2016, en la Convención de Delegados,
Sí, hay un espacio de dos meses once días, contra el mes y 20 días que se dio en el caso de Durango para ungir al candidato de unidad con todas las de la ley, mediante la fórmula de Convención de Delegados, pero esa referencia establece el tamaño de la urgencia de poner orden entre la familia priista de Chihuahua, merced a la intervención de Manlio Fabio Beltrones. Así, César Duarte Jáquez y Jorge Herrera Caldera podrán tomar sus vacaciones de Navidad y Fin de Año sin sobresaltos.
Se atendió la prioridad con los mecanismos que han sido sello del PRI en su historia, el pronunciamiento de los sectores y el acuerdo de unidad. Por ello, Enrique Serrano Escobar, fue destapado este martes 22 de diciembre por Doroteo Zapata –¡vaya por el nombre y el apellido—dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Chihuahua.
En el camino se quedaron el actual alcalde con licencia de la capital de Chihuahua, Javier Garfio Pacheco, quien peleó la nominación como si se tratara de un asunto de vida o muerte; las senadoras Graciela Ortiz y Lilia Merodio, además del ex secretario de Educación del gobierno estatal, Marcelo González Techiquín, cuyo premio de consolación es la segura diputación local como plurinominal del PRI. De ahí, Techiquín puede crecer lo suficiente para, dentro de cuatro años buscar la candidatura al gobierno estatal, porque la administración que viene durará cinco años.
Caso aparte es el de Héctor “Teto” Murguía Lardizábal, que ya fue dos veces presidente municipal de Ciudad Juárez y, para no quedar fuera de la nómina oficial –“vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, diría el Tlacuache Garizurieta—aceptó contender por tercera ocasión por la alcaldía juarense, aunque hoy con el riesgo latente de perder la elección.
“Teto” operó desde hace varios meses para lograr la nominación; sabía que su nombre no estaba en la mesa en la que se toman las decisiones de alto nivel, pero insistió e incluso sus operadores –por cierto muy bisoños y con poca credibilidad—buscaron a sus contrapartes de otros aspirantes para unir estrategias y lograr que el ex alcalde juarense lograra la nominación.
Y es que, si algo identifica a “Teto” es su tozudez, al grado de que asegura que no haber logrado, por segunda ocasión, la candidatura no le resta ánimo de buscarla dentro de cuatro años. Dice que le duele no haber sido nominado, pero que luchará hasta que muera por ser gobernador de Chihuahua.
En fin, el caso es que desde este miércoles 23 de diciembre, el camino de Enrique Serrano Escobar rumbo a la gubernatura esta desbrozado, aunque no se descarta al fuego amigo que sin duda lo acompañará de aquí a marzo cuando sea nominado formalmente.
El “Acuerdo de Unidad por el futuro de Chihuahua” lo firmaron las senadoras Graciela Ortiz González y Lilia Guadalupe Merodio Reza; Javier Alfonso Garfio Pacheco, Marco Adán Quezada Martínez, Jorge Esteban Sandoval Ochoa, Héctor Murguía Lardizábal, Víctor Valencia de los Santos, Marcelo González Tachiquín y Oscar Villalobos Chávez. De ese tamaño, como en Durango, es la lista de quienes se quedaron en la raya. ¿Nadie está dolido? ¿Hay garantía de que no habrá fuego amigo? Conste.
MIÉRCOLES. Gracias por su paciencia. Este que se encuentra en sus últimos estertores, ha sido un año difícil, mas merced a los lectores de entresemana, los amigos y la bondad de mi familia, mis hijos y mi esposa Selene, he mantenido firme la convicción de que lo peor que puede ocurrirme es que me vaya bien. Gracias a quienes reciben mi opinión de entresemana, a la agencia Al Momento, a mis colegas de Vanguardia Digital y quienes en sus espacios la reproducen. Gracias a la vida, es lugar común pero verdad absoluta. Vuelvo el próximo seis de enero de 2016. Felicidad plena para todas y todos. Digo.
@msanchezlimon
Vanguardia Digital