domingo, diciembre 22, 2024 - 8:35 pm

La riqueza de ser músico

  • En entrevista, Luis Ángel Serna Manrique, se refiere a que en México existe poca cultura en Educación Musical y muchas veces dedicarse a estudiar música clásica de manera profesional es sinónimo de pobreza, pero pese a las pocas oportunidades laborales y económicas, quienes aman su profesión pueden desarrollarse y tener siempre trabajo
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/Por Jessica Jocelyn Germán González/

Miguel Ángel Serna en el escenario.Luis Ángel Serna Manrique nació en el Distrito Federal el 3 de agosto de 1988. A sus 27 años de edad, es licenciado en Educación Musical y está profundamente enamorado de su profesión. No se arrepiente de haber tomado la decisión de ser educador musical, porque dice que esta profesión no es una desventaja como muchos piensan, y se siente feliz porque simplemente se dedica a algo que lo llena por completo.

En entrevista, Luis Ángel Serna Manrique, se refiere a que en México existe poca cultura en Educación Musical y muchas veces dedicarse a estudiar música clásica de manera profesional es sinónimo de pobreza, pero pese a las pocas oportunidades laborales y económicas, quienes aman su profesión pueden desarrollarse y tener siempre trabajo.

¿Cuál fue tu primer contacto con la música en México?

Mi primer contacto con la música fue desde la infancia, uno de mis tíos se dedicaba a tocar el teclado en grupos populares de ese entonces, nunca lo vi tocar en vivo pero lo escuchaba ensayar y de ahí nació la curiosidad, sin embargo empecé a estudiar música hasta los 9 años.

Me habías comentado que te gusta mucho la música barroca, ¿Desde qué edad llegó a tu vida? ¿Y por qué te gusta este género, que te hace sentir?
La música barroca llegó a mi vida cuando ya estaba estudiando en la Escuela Nacional de Música (ENM), cuando tenía 16 años. Considero que ese género significó uno de los cambios más radicales en la historia de la música. Al escuchar y tocar música barroca me genera una gran satisfacción interpretativa que difícilmente encontraría en otro género, no demerito otros géneros ya que cada uno tiene su propia magia, simplemente me siento más identificado con el periodo barroco, especialmente con las obras de Bach y Vivaldi.

Supongo a esa edad estabas muy consciente sobre la situación, de la profesión musical, en México ¿conocías las desventajas económicas y la falta de oportunidades en México?
Estaba enterado de la situación crítica que mencionas, sin embargo, fue tiempo después que realmente tomé conciencia de la problemática que aún sigue existiendo, creo que es algo de lo que la gran mayoría comenta, muchas veces estudiar música clásica de manera profesional es sinónimo de pobreza económica.

Y aún así escogiste la música como carrera, pudiendo escoger otra carrera en la que se gana mejor económicamente, ¿por qué?
Elegí continuar con esa carrera porque a pesar de la situación y los comentarios de otras personas, estando dentro del medio, existen muchos casos de éxito como músico profesional y eso fue una gran motivación para perseverar y llegar al término de una licenciatura. Es una carrera muy larga comparada con otras, pero en el camino fui encontrando razones reales para seguir adelante.

¿Tu familia, amigos, pareja te apoyaron en tu decisión o estaban en desacuerdo?
En el núcleo de amigos y familiares resultaba extraño, a menudo surgían comentarios como “¿y de qué vas a vivir?”, “estudia una carrera de verdad” y cosas así, pero mi familia cercana eran quienes realmente conocían el valor de mi profesión así que mis padres fueron los que realmente me apoyaron a seguir mis metas y lograr lo que deseaba.

Primero empezaste a estudiar la carrera de pianista concertista y después paralelamente iniciaste con la carrera de educación musical, ¿Qué escuela fue tu primera opción para estudiar estas carreras? ¿Y fue difícil entrar a la escuela?
Mi primera opción fue la Escuela Nacional de Música (ENM), y si fue difícil, la demanda para ingresar es muy alta y los lugares son pocos, el primer año que intenté ingresar no lo logré y fue hasta el segundo intento que por fin formé parte de la matrícula en el 2006

Entonces empezaste tu carrera, ¿Cómo fue la etapa de pianista concertista?, ¿fue difícil o fácil o muy satisfactoria? ¿Cómo la viviste?

Al principio fue complicado, nadie en mi familia se había dedicado a la música de manera profesional, ni siquiera al arte en general, así que tuve que andar solo en este camino, pero poco a poco fui adentrándome y teniendo relación con otros compañeros y maestros de los que aprendí a andar en el camino de la mejor manera. Por supuesto que fue difícil, el simple hecho de estar tocando en los recitales de piano ante un público hecho de músicos ya representa un gran reto. Uno se expone a las críticas, el pánico escénico, la presión académica y demás circunstancias, pero todo eso toma sentido con los logros obtenidos.

¿Por qué dejaste la carrera de pianista concertista?
Dejé la carrera de pianista porque conforme pasaba el tiempo, descubrí que tenía más cualidades para la docencia. Creo que más bien fue una cuestión vocacional, a final de cuentas seguí tocando el piano y complementando mi formación como docente.

¿Y entonces así fue como decidiste que querías estudiar educación musical?
Exacto, la misma carrera y el ambiente me ayudaron a definir mi vocación y la propia UNAM facilita el camino para poder formarse en lo que uno realmente desea. Me considero una persona afortunada al haber estudiado en la Escuela Nacional de Música, hoy Facultad de Música, que me permitió encontrar el mejor camino a mis intereses y habilidades.

Y cuando finalmente acabaste la carrera, ¿qué proyectos musicales empezaste de manera profesional? me refiero como licenciado.
Como licenciado en educación musical han surgido varios proyectos dentro de la misma UNAM y de manera alterna, con agrupaciones musicales dedicadas a la difusión de la cultura, a la educación musical y formación de oyentes. He participado en agrupaciones como Esperanza Azteca y Percusonare Ensamble, entre otros. Realmente tiene poco tiempo que puedo presumir de un título como educador musical, por lo tanto los proyectos apenas comienzan.

¿Y cómo ha afectado esto en tu vida, me refiero a las relaciones, amistades, pareja familia?
La relación con mi familia es muy buena, lo único que puedo decir es que estudiar música de manera profesional significa tiempo completo. Es cierto que veo poco a mi familia y amigos pero creo que esas relaciones se refuerzan por la calidad de tiempo que convivimos y no por la cantidad. Además, en el ambiente hay mucha relación humana, es por ello que mis amigos hacen música también y se crean lazos de trabajo, estudio y amistad.

¿Ha sido difícil ejercer tu profesión en México? ¿Qué has tenido que sacrificar por esta profesión?
Si bien en México existe poca cultura para la educación musical, hay nichos significativos que van tomando fuerza, tal vez no tanta como uno desearía pero sí existe un amplio sector para ejercer la profesión, nunca me ha faltado empleo. Aunque también cabe mencionar que he tenido que sacrificar tiempo de asueto y me he esforzado para llegar hasta donde estoy, creo que hay sacrificios que no solo se adjudican a una carrera musical, sino a una profesión en general, uno tiene que dedicarle lo más que se pueda para ser mejor cada vez.

¿En el aspecto económico cómo te va?
Afortunadamente me va muy bien, actualmente trabajo en la ENM y como recién licenciado cuento con ingresos que me permiten llevar una vida cómoda y sin faltas en la parte económica. Claro está que mis aspiraciones son mayores y aunque en este momento gozo de ingresos suficientes, pretendo continuar trabajado y buscando mejores condiciones laborales.

¿Te costó trabajo llegar a donde estás y ¿eres feliz?
Ahora que lo preguntas, me pongo a recordar todo lo que ha significado mi carrera, hubo años de mucho trabajo y otros de muchísimo más trabajo, pero agradezco a la vida por estar donde estoy en este momento. Y por supuesto que voy por más. El tema de la felicidad resulta complicado, sí soy feliz, desde que era estudiante ya era feliz con lo que hacía, pero ver en dónde me encuentro ahora me hace descubrir que soy aún más feliz por haber concretado todo esa etapa de mi vida. No me siento frustrado por nada, todo lo contrario.

¿Qué les podrías decir a aquellas personas que por más apasionados que estén de la música, no animan a ejercer una carrera profesional, por miedo a que, como dicen coloquialmente, “se mueran de hambre”?
Creo que lo primero, antes de decirles algo, sería involucrarlos en el ambiente de la música profesional, que sean ellos mismos quienes se den cuenta de la verdad, ser un músico profesional no es una desventaja, todo lo contrario. Con eso comenzarían a quitarse el miedo y atreverse a estudiar una carrera musical o darse cuenta que tal vez no era su vocación.

Por último hablando a futuro, ¿cuál sería tú mayor autorrealización como músico, tienes algún plan?
Hablando de un futuro a mediano plazo, quiero convertirme en director de banda sinfónica o de orquesta. Tal vez es un proyecto complicado pero definitivamente es alcanzable, lo veo como un objetivo que está en mis manos lograrlo.

 

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