*Nace el Sindicato de las Empresas Productivas del Estado: transparencia y honestidad su sello
Por Luis Repper Jaramillo*
La corrupción, opacidad, impunidad, nepotismo y desvergüenza “tiraron” al líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps. Sus excesos y prepotencia aderezaron su caída, pero su objetivo: hacerse multimillonario a costa de las cuotas sindicales de los trabajadores de la exparaestatal Pemex, lo logró.
Pero no hay mal que dure 100 años y petroleros honestos que lo resistan y por fin se hizo justicia, tarde, pero justicia al fin.
La inminente salida de la Secretaría General del extinto e ilegal (ahora) STPRM se dará de un momento a otro, porque para empezar, ya no existe el ente Pemex, ya que con la Reforma Energética y sus Leyes Secundarias, la institución cambió de nombre a Empresa Productiva del Estado, y aunque a Romero Deschamps en el sexenio de Felipe Calderón (PAN) le dieron Toma de Nota hasta 2018 (una anomalía transexenal), el sujeto legalmente ya no representa a los trabajadores de base, transitorios, pensionados y jubilados.
Sin embargo, los ahora asociados de la principal industria del país ya ven la luz al final del túnel, pues desde hace más de un año en la Secretaría del Trabajo federal tienen los documentos oficiales y legales de quien sustituirá al nefasto Romero, expediente que logró la aprobación, reconocimiento, aceptación y voto de confianza de las 36 secciones sindicales en favor del Lic. en Derecho, Eliel Flores Ángeles, un trabajador del sector emanado de los talleres de soldadura y forja de instalaciones de la entonces Petróleos Mexicanos, en su natal Tamaulipas.
El flamante Secretario General del nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores de las Empresas Productivas del Estado, Petróleos Mexicanos, Subsidiarias y Filiales (SNTEPEPMSF) llega con una filosofía de vanguardia: transparencia, rendición de cuentas, respeto a los derechos humanos de los asociados (antes trabajadores), al medio ambiente, impulso a la productividad, eficiencia y profesionalización de los agremiados, con la visión de revivir a la ex paraestatal como empresa productiva detonadora del crecimiento económico, financiero y exportador del país que se ha perdido.
¿Quién es Eliel Flores Ángeles?… bueno, es honesto y transparente, diametralmente opuesto a su antecesor. Nació en Ciudad Madero, Tamaulipas, se tituló como Licenciado en Derecho, de la Universidad Autónoma del Estado.
En 1964 se integró como aprendiz en el taller mecánico del Departamento 3310 de la Refinería Madero, con la ficha 401142, Sección 1 del STPRM, con base en Ciudad Madero.
En su hoja de vida se lee, ser trabajador de planta sindicalizado con categoría de ayudante especial de operaciones en plantas desintegración UPH Desulfurizadora 42523, con número 73981 en la misma Refinería.
Tras su paso activo en el sector petrolero, invirtió dos años de su vida manteniendo contacto personal, recorridos, visitas, encuentros, ofertas y compromisos con trabajadores sindicalizados, transitorios, pensionados y jubilados de las 36 secciones en busca del voto y confianza, lo que logró por unanimidad de los “petroleros de bien” para representarlos laboralmente y terminar de una vez y para siempre con la corrupción e impunidad que representa Carlos Romero Deschamps.
De manera sucinta este es el palmarés de quien, en unos días, asumirá la responsabilidad de guiar de manera transparente, honesta, comprometida y respetuosa a más de 123 mil asociados de la hoy Empresa Productiva del Estado, bajo la premisa de Nueva Imagen, Credibilidad y Lealtad, virtudes que se perdieron en el periodo corrupto del extinto STPRM.
Flores Ángeles tiene un enorme reto, recuperar de la sociedad, sus asociados, de los empresarios nacionales, extranjeros, inversionistas y consumidores de hidrocarburos, la confianza y credibilidad de una representación sindical mancillada por los excesos irracionales de un Sindicato multimillonario (ilegalmente), con trabajadores marginados de las bondades de una industria que fue la fuente inagotable de la riqueza nacional, y del reconocimiento a la labor desarrollada por la base petrolera.
De ahí la importancia que le da ahora el nuevo Secretario General del gremio a sus compañeros, que dejarán de ser sólo trabajadores, transformándose en asociados, cuya diferencia estriba en que al sindicalizado, Romero Deschamps y su camarilla, lo consideraba aportador de cuotas, acarreado para sus mítines y eventos oficiales, ofreciendo sólo los beneficios de la Ley General del Trabajo y sanseacabó.
La nueva representación laboral cambia el estatus a “asociado”, que trae consigo, además de las prerrogativas de ley, los beneficios de las ganancias por la explotación, renta y regalías de la industria energética.
El sólo hecho de portar moralmente la virtud de honestidad y transparencia, convierte al nuevo líder del gremio en persona con credibilidad, confianza y lealtad, quien dará un giro de 360 grados a un Sindicato alicaído, marginado, opaco, tranza cuyo ADN encabezaba el tamaulipeco Romero Deschamps.
La renovación del Sindicato –antes petrolero- hoy de las Empresas Productivas del Estado se convierte en un hito en la historia de México, por dos razones: primero porque los vetustos y corruptos líderes ya no tienen cabida en un país que aspira a la grandeza, por eso la caída de Elba Esther Gordillo, del magisterio, Napoleón Gómez Urrutia “Napito” de los mineros; hoy Carlos Romero Deschamps, de los petroleros; pronto Víctor Flores Morales, de los ferrocarrileros. Y segundo, porque la clase trabajadora, la que produce bienes que generan riqueza, demanda líderes auténticos, honestos, transparentes y comprometidos con ellos, con México y con la honestidad.
Los asociados de las Empresas Productivas del Estado dieron su voto de confianza al cambio con vanguardia, queda ahora en manos de Flores Ángeles, no defraudar la confianza. De su atinada dirección dependerá el resurgimiento de la industria petrolera, que haga volver a México a los inversionistas que ante las corruptelas del STPRM, sacaron sus capitales o rehusaron invertir en una industria cuyo sindicato era la Cueva de Ali Baba, que no daba garantía de éxito a su inversión.
Es tiempo de cambio en la vida sindical del país. Vientos nuevos soplan ya en las Empresas Productivas del Estado. Nuevos nombres, hombres y tendencias arriban para impulsar e imprimir un nuevo estilo de representar a los auténticos hacedores de la riqueza petrolera nacional, convirtiéndolos en asociados y no simples trabajadores, aportadores de cuotas sindicales. A partir de la nueva dirigencia laboral podrán exigir cuentas claras, en qué se invierten sus aportaciones, serán vigilantes del bien hacer, bien representar y sobre todo bien gastar el dinero que se les descuenta por nómina, sabedores de que cuando los números son negros en el balance anual, sus ganancias se multiplican y es precisamente esa visión la que acompañará el quehacer diario del nuevo líder Eliel Flores Ángeles.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT)