- Las excentricidades y lujos de Paulina Romero Deschamps, su hija, son simples anécdotas que la gente cuenta y a través delas cuales ingresan al mundo de los mirreyes en México, esa clase dorada que vive a expensas del pueblo creyendo que sus lujos se los da su papá
/JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ/
El paralelismo en las vidas entre Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps tiene una sola diferencia significativa que tiene a una en la cárcel y al otro libre.
A una le surgen como hongos nuevos delitos, al otro, desde su curul del Senado, brota la impunidad por su paso. La diferencia radica en que Elba Esther cambió de partico político y Deschamps sigue en el PRI.
Así, el líder petrolero podrá seguir diciendo a los cuatro vientos del actual Presidente de la república: “mi amigo y líder de los petroleros”.
Las excentricidades y lujos de Paulina Romero Deschamps, su hija, son simples anécdotas que la gente cuenta y a través delas cuales ingresan al mundo de los mirreyes en México, esa clase dorada que vive a expensas del pueblo creyendo que sus lujos se los da su papá.
Si Pemex pierde ingresos su líder sindical es inmune a este tipo de altibajos que dan al traste con la economía del país, simplemente sigue su vida de monarca como si fuera el dueño de la riqueza petrolera. Pero como los delincuentes se atraen, su hija Paulina fue novia de Jamil Nacif, hijo del empresario Kamel Nacif, vinculado a actos de pederastia y amigo del “exgober precioso”, Mario Marín, también del PRI.
Así, la podredumbre familiar se extiende y se asocia, más bien se aparea.
Carlos Romero Deschamps es miembro del PRI desde 1961, como coordinador de campañas del PRI en Tamaulipas, tiene 54 años militando en el partido que le otorga impunidad. En 1969 ingresó a Pemex, dos años después comenzó actividades sindicales. En 1993 asume de forma interina la secretaría general del STPRM.
Desde 1996 se ha encargado de la dirección del sindicato. Ha sido electo cuatro ocasiones seguidas, y su actual gestión, donde asegura que representa a 200 mil trabajadores, y dice concluir hasta 2018.
De lo que no se ha dado cuenta el senador priísta es que lo que él llama sindicato ha perdido su valor legal al ser cambiado el nombre de la empresa que es su contraparte en el ámbito laboral y su complemento en su práctica legal. Ahora que Pemex ha dejado de ser paraestatal para convertirse en una empresa productiva del estado, por lo que toda relación con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, desaparece.
Pero la parte sindical no es la única que está hundida en la corrupción, en agosto la revisión del pasivo laboral de Pemex permitió a la Auditoría Superior de la Federación detectar que las ventajas laborales que logra el STPRM han distorsionado la nómina de la empresa, por lo que la información que muestra no es confiable. Explica que hay trabajadores contratados con un nivel y un salario, pero ocupan un puesto más alto y por eso ganan más dinero, y lo mismo ocurre con los jubilados. Así sucedía con el SNTE en tiempo de Elba Esther, ahora no ha cambiado mucho.
Por otra parte, el pleno de la Comisión Permanente recibió la auditoría de la ASF a los pasivos laborales de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, como parte de las disposiciones de la Reforma Energética, para que el gobierno federal absorba ese pasivo de dos billones 37 mil 404 millones 717 mil pesos, y alertó que llevará casi un siglo superar los problemas financieros de ambas empresas.
En Pemex hay irregularidades en el sistema de pago de empleados y jubilados; la mayoría relacionadas con ventajas del sindicato que comanda el senador Carlos Romero Deschamps. De los salarios correspondientes a los 128 mil 445 trabajadores activos registrados en la base de datos, 18 mil 93 presentaron variaciones contra el importe del salario registrado en las nóminas, lo que representó 14.1 por ciento.
Ante esta realidad detectada hace medio año nada se ha hecho, la diferencia, desde luego, está en la militancia tricolor
Elba Esther fue rebelde, condicionaba apoyos, se rebelaba ante candidaturas que no le gustaban; en cambio, Romero permanece donde está, porque ha sido leal al sistema, porque ha cometido sus excesos, sus aviones y yates más los coches y viajes de sus hijos, pero no son nada en comparación con los servicios que ha prestado.
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