- Son once millones de personas en los Estados Unidos que han llegado como inmigrantes buscando mejores oportunidades de vida. Por ende, son once millones de personas en riesgo de perder su casa, trabajo, amigos y familia si el xenófobo candidato logra –de alguna manera– ganar la presidencia
/Por Héctor José Pérez Ortuño/
Son pocas las personas que no han escuchado del risible Donald Trump, especialmente en Estados Unidos y los países latinoamericanos, quien desde mayo pasado saltó a las luces mediáticas por sus xenófobas propuestas, pues se ha lanzado como candidato del partido republicano para la presidencia de EEUU para el 2016. Sus declaraciones como la de «expulsar a todos los indocumentados de EEUU para luego invitar sólo a los buenos«, o como cuando dice que le gustaría «construir un muro como nadie puede construir un muro«, pues «puede construir una barda como yo«. Como esas y otras más, ha hecho declaraciones ridículas. Lo extraño es que por las susodichas ha ganado popularidad en un sector importante del pueblo estadounidense, lo cual es inquietante.
Son once millones de personas en los Estados Unidos que han llegado como inmigrantes buscando mejores oportunidades de vida. Por ende, son once millones de personas en riesgo de perder su casa, trabajo, amigos y familia si el xenófobo candidato logra –de alguna manera– ganar la presidencia.
Y como se caracteriza el Papa Francisco, llegó para esparcir paz y mensaje cristiano en un pueblo necesitado…
El pasado 23 de septiembre, en una Misa celebrada en la explanada del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Washington D.C., canonizó a Fray Junípero Serra. De acuerdo con el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, el nuevo santo es “el primerinmigrante mexicano”, debido a que “vivió y trabajó más de una docena de años en México antes de venir a California«. Y de acuerdo con el historiador Steve Hackel, San Junípero Serra “dijo que iba a morir en California predicando el Evangelio y lo cumplió«.
No podremos saber qué tanta intención tuvo Su Santidad canonizando este nuevo santo para contrarrestar el mensaje del candidato. Lo que sí se puede, en la opinión de un servidor, es asegurar que efectivamente la canonización sí tiene un poder anti trumpista. Ahora Donald Trump ha recibido un mensaje importante del Papa: tiene un nuevo adversario político apoyando a los inmigrantes católicos y no católicos. Y su apoyo se «materializó» en un santo con una poderosa carga simbólica.
Viéndolo teológicamente, pensando en el supuesto de que gane Trump y también pensando que cumpla sus amenazas, la Providencia tiene preparado un intercesor para la causa anti inmigrante.
Para los inmigrantes que viven en peligro con la posibilidad del éxito presidencial de Trump, el Papa es, además de líder, un agente político bastante afortunado. Para los estadounidenses que comparten las retorcidas propuestas del republicano, ha llegado de manerainoportuna a su país para meterse en temas que no le incumben.
Estoy seguro que la mayoría lo seguimos viendo como un hombre representante de Dios que ha fungido como héroe.