- Antes de Zedillo y después de Calderón hay una historia plagada de fracasos que han hecho mucho daño a los mexicanos. Esos fracasos en el mundo han creado una imagen que paga de manera particular cada mexicano que sale su paìs, o como emigrante, profesionista, turista, ciudadano del mundo…
/Por Héctor Pérez Estrada/
Cuando lee uno los libros prácticos de Andrés Oppenheimer se descubre que al describir a los países como Finlandia, Irlanda, Japón, Chile…hay hallazgos importantes que han detonado su desarrollo, su educación, su tecnología, el fortalecimiento de su moneda, etc.
Antes de Zedillo y después de Calderón hay una historia plagada de fracasos que han hecho mucho daño a los mexicanos. Esos fracasos en el mundo han creado una imagen que paga de manera particular cada mexicano que sale su paìs, o como emigrante, profesionista, turista, ciudadano del mundo…
Los historiadores quizá quisieran encontrar mas luces que sombras a lo largo de los años pero la realidad es que nuestro país se convirtió en algún momento de su historia, y guardadas las proporciones en la comparación, en una especie de pueblo palestino que busca su lugar en el mundo. México busca a que verdades asirse, porque en su economía, inflaciones, devaluaciones, empobrecimiento han sido la constante. Y si volteamos a ver la educación la situación es igual…y ni siquiera hemos sido un país de corte socialista o comunista. Los malos gobiernos y un pueblo que se escabulle en los chistes y en la risa y la comedia es lo que nos tiene así.
Parece tan enfermo nuestro país que una buena idea para el mismo termina siendo algo así como una indocumentada pobre que es asaltada por violadores antes de que llegue el vagón donde viaja a su destino. Parece pesimista el relato porque no menciono los episodios lúcidos de optimismo, pero la verdad es que son muy pocos. El estigma del pueblo conquistado se quedó en el inconsciente colectivo y ahora los nuevos conquistadores mezquinos, y subrayo mezquinos, porque nunca he tenido la idea de que nuestros conquistadores fueron así, son los nuevos anteproyectos de seres humanos como el Presidente de la República y los Gobernadores corruptos que están acabando con México.
Hoy en México está ocurriendo algo terrible y no es primera vez que lo digo: todo parece estar en calma porque el pueblo sigue fiel a manifestarse en la comedia y de la manera mas baja que su educación lo permita en redes sociales, pero no asumen un compromiso real como los Guatemaltecos u otros países donde se han decidido realmente a cambiar.
En México EPN ha puesto el ejemplo de incompetencia y de falta de honestidad y honradez. Cuando su sexenio termine, acuérdese de mi, el país será encontrado como la mujer que viaja en el vagón: desnuda, exhausta y con cientos de violadores que pasaron sobre ella. El Presidente fue el primero que la usó y le arrancó la honra. ¿SE ACUERDA USTED DE LOS SACADOLARES y de aquellos que se llevaron la riqueza cuando a Salinas le adivinamos su fracaso? Por el estilo vendrá ese dantesco episodio.
Puede usted imaginar por ejemplo en el tema del narcotráfico donde Fox y Calderón, con sus asegunes, sí dieron una batalla real…¿puede imaginar pues el reposicionamiento de las mafias del crimen en este sexenio de EPN donde no se les combatió y se les dejó fortalecerse otra vez? ¿puede imaginarse que ocurrirá si el pri pierde las elecciones y gana cualquier otro partido político, la fuerza que encontrará en una mafia del crimen que no fue aniquilada en su momento porque hubo quienes prefirieron la cobardía y compraron aquel sofisma de que esta guerra era de Calderón? ¿EN ESE MOMENTO DEJAREMOS ATRÁS POR UN RATO LA COMEDIA y abrazaremos el drama para decir que queremos una sociedad en paz, precisamente por no comprender que una sociedad pacífica la tendremos cuando ganemos esa batalla?
La alternancia en el 2018 nos heredará miseria y una eventual guerra contra las mafias, hoy reagrupadas. Iniciaremos otra vez la transición política, que no podemos consolidarla, precisamente porque siempre estamos empezando o no pasamos de la raya, porque no nos decidimos realmente a cambiar.
Para escribir relatos exitosos de nuestro país necesitamos actitud y virtud. Ser fieles a la comedia nos hace un pueblo de riondos imbéciles. Ojalá algún día analistas económicos internacionales puedan decir que nuestro país tuvo veinte años o veinticinco de crecimiento sostenido. Para que eso ocurre otros dos jinetes tendrán que caer en la batalla: la corrupción y la falta de educación de calidad.