- Pero los políticos y los comunicadores políticos, de cualquier partido político o de la sociedad, tenemos que pensar en el camino de la virtud, que de por si es muy difícil porque la reprobación a la clase política no solo es racional sino que tiene una carga de emotividad como si fuese un rayo fulminante
/Por Héctor Pérez Estrada/
No he visto que analistas serios interpreten los cambios en el gabinete presidencial, la llegada de Nuño a la SEP y las últimas acciones presidenciales como medidas de bien común sino como operación política para mantener el poder.
La grilla está a todo lo que da y en lo que menos se piensa es en el país.
Y lo verdaderamente terrible es que el mal ejemplo presidencial arrojará sobre el futuro inmediato de México un capítulo de latrocinio de muchos funcionarios que harán lo que el Presidente: aprovecharse de la vulnerabilidad de las arcas públicas. De hecho en Chihuahua ya anda de voz en voz y en las redes la presunta alianza entre un funcionario y sus depósitos en instituciones bancarias fuera del país en servicio a cierto personaje. Para que decir nombres si la percepción es tan grande que cuando el río suena es que agua lleva. ¡Que lástima!
Pero los políticos y los comunicadores políticos, de cualquier partido político o de la sociedad, tenemos que pensar en el camino de la virtud, que de por si es muy difícil porque la reprobación a la clase política no solo es racional sino que tiene una carga de emotividad como si fuese un rayo fulminante.
¿Cuál es ese camino virtuoso que pareciera hoy un cuento de hadas?
1.- Que los partidos políticos y los candidatos ofrezcan un plan real de lucha contra la pobreza y la corrupción mexicana. En este último tema el caso Guatemalteco es ilustrativo y demuestra que la virtud no es una utopía.
2.-Que los partidos políticos extiendan su vocación no solo a las grillas internas y electorales sino que sean brazos de gestión de grandes problemas nacionales que perjudican a los más necesitados. Los partidos son sociedades intermedias con personajes muy capaces de ser intermediarios entre el poder y los ciudadanos y con una agenda urgente. Eso sería hacer política profesional.
3.-Hay una investigación aleccionadora de María Amparo Casar sobre el tema de la corrupción. Con buena voluntad de esa literatura seria y profunda investigación salen recomendaciones concretas.
4.-Que los partidos políticos en alianza con sectores productivos exhiban a tiempo en los foros empresariales y en los debates de aspirantes a los puestos de elección popular, a aquellos personajes que tienen poder en sus partidos pero que no conocen la “o” ni por lo redondo. Nomás vea hoy cuántos personajes folcklóricos adornan al congreso y no representan a nadie solo son simpáticos incompetentes.
5.- El tema de las transnacionales es fundamental, porque ahí el tráfico de influencias de los políticos y la riqueza de los grandes empresarios esquilman al país y nadie se da cuenta. Acuérdese usted de los hijos de Marthita Sahagún y algunos empresarios que fueron notorios en el Gobierno de Felipe Calderón y lo son ahora con EPN.
6.-El tema educativo necesita una verdadera alianza de los sectores. El mexicano ni lee ni escribe ni le da valor a su palabra y compromisos. Ese es el mexicano promedio. Nuestro mexicano debe ser un hombre bien educado de otra forma el país no sacará la cabeza. No pedimos un José Vasconcelos y la edición de los clásicos pedimos en una primera fase una alianza real de los sectores por la educación.
7.- El campo es el patito feo desde siempre. Nadie quiere tocar ese tema. Quizá sea el momento de revisar alternativas como los UMAS u otras para detonar desde el sector público el desarrollo de la riqueza natural de México y ofrecer alternativas de desarrollo.
En fin, el camino de la virtud pareciera una nueva batalla del Quijote contra los molinos de viento, pero so pena de parecer ilusos idealistas, es un desafío que lo tenemos enfrente.
Saludos y buen fin de semana