*CEE * Banxico * impuestos * peso-dólar
Por Gerardo Flores Ledesma (*)
LOS CAMBIOS que hizo en su gabinete el presidente Enrique Peña no tienen ningún subrayado en materia política y económica, porque quedan intocados Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray. Los enroques que hizo, indican que protegerá a Rosario Robles, ahora como cabeza en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) de las críticas persistentes y oficiosas en su lucha contra el hambre; pone al frente de la política social del país a José Antonio Meade, quien ha demostrado capacidad en su carrera profesional y será clave en el combate a la pobreza, y coloca a dos piezas fundamentales por méritos propios, tal es el caso de Enrique de la Madrid Cordero, al frente de la Secretaría de Turismo, y el de José Reyes Baeza, como director del ISSSTE. Ya en otras entregas habíamos señalado la posibilidad de que el ex gobernador de Chihuahua fuera movido a esa posición, aunque también tiene arrestos para ocupar cualquier rubro en el Gabinete Legal. El caso de Claudia Ruiz Massieu, ahora como canciller, tiene muchas aristas, pero la principal es que su familiar más cercano, Carlos Salinas de Gortari, tiene una gran influencia en Cuba, gobierno con el cual vamos a tener que aliarnos en materia política, turística y comercial, y tiene relaciones importantes para atajar la embestida del candidato presidencial Donald Trump en contra de México y sus habitantes, legales e ilegales. El caso más acertado es el de Enrique de la Madrid Cordero, quien ha demostrado que es hombre de resultados y capacidad probada, que lo mismo deja cuentas positivas en el sector agrario, que en el político o en el financiero. Sin duda será un hombre fundamental en Turismo, donde tiene claro que hay que mantener a México entre los 10 grandes en captación de turistas y divisas; que con Estados Unidos hay que trabajar duro para mantener a sus habitantes como nuestros principales visitantes del exterior, y que urge aumentar el financiamiento de bancos comerciales y de desarrollo para incrementar la oferta turística dentro y fuera de nuestras fronteras. De la Madrid Cordero será una excelente carta para los relevos que vendrán en su momento en la Secretaría de Hacienda y en Banco de México, pues Agustín Carstens termina su cargo en diciembre próximo como gobernador del Instituto Central. Al tiempo.
Ahí les dejo la conseja, la moraleja, la frase pues: ¡Más sabe el diablo por viejo, que por diablo!
PUNTOS Y LINEAS
EL CONSEO Coordinador Empresarial, que encabeza Gerardo Gutiérrez Candiani, insiste en que podrían hacerse cambios al esquema fiscal del país para reactivar a la economía y que es notable la tarea del Banco de México en su lucha contra la inflación y contención de la embestida especulativa contra el peso. Lo cierto es que no habrá ninguna modificación al esquema fiscal que ponga en riesgo a las finanzas públicas en un momento en que sigue la caída en los precios del petróleo, hay riesgos de que tenga que aumentar el déficit público y ante la imposibilidad de someter a la informalidad, porque no hay un plan consistente que obligue a todos a pagar impuestos, no habrá más remedio de que mantener lo que ya se tiene o en su defecto aumentar la tasas de algunos impuestos como el IEPS a refrescos, papa fritas, chocolates, pastelillos y pan de caja, entre otros, como ya ocurre desde 2014, y en lugar de un peso adicional de impuesto a cada litro de refresco se cobren dos o tres pesos, y que el gravamen adicional de 8 por ciento, sea aumentado al 12 por ciento o al doble, con el pretexto de combatir la obesidad. Como dice el dicho, cuando el río suena es que agua lleva. No se espanten si el trato para esos alimentos, incluso básicos para mucha de la población, porque muchos trabajadores sólo toman una Coca-Cola y una bolsa de papas fritas al día, reciben el mismo trato que los impuestos a los vicios, donde los cigarrillos y bebidas alcohólicas deben cargar con un gravamen de más del 130% y aun así se consumen. Respecto a la paridad peso-dólar, ni hablar, los resultados están a la vista: la depreciación de nuestra moneda en agosto fue de 3.85%; en el trimestre la caída sumó 6.06%; el saldo negativo en todo el año es de 11.99%, y en un año la pérdida del peso contra el dólar es de 21.89%. Toda esta numeralia sólo está por debajo del real brasileño, que lleva una merma en los últimos 12 meses de 37.46%. Visto desde este prisma, dónde está la acción correcta del Banco de México que deja todo a las fuerzas del libre mercado y que ya ronda los 2 mil millones de dólares al saqueo de las reservas internacionales para defender al peso no frente al dólar, sino frente a los especuladores que operan en el mercado y son avalados por bancos estadounidenses. Bajo esos argumentos nadie puede afirmar que el dólar no llegue a los 18 pesos.
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