- Ninguno de los dos son el perfil ideal. Quizá eso es algo a lo que los políticos y los ciudadanos ya deberíamos estar acostumbrados
/Por Héctor Pérez Estrada/
El dilema Anaya o Corral es un verdadero reto a la inteligencia política.
Muchos panistas se irán en contra o en favor de uno u otro por despecho, coraje, conveniencia personal, posibilidad de volver a estar vivos en algún proyecto…etc.
Pero hay un gran fondo en este asunto y hay que saber percibirlo. Ninguno de los dos son el perfil ideal. Quizá eso es algo a lo que los políticos y los ciudadanos ya deberíamos estar acostumbrados.
El PAN no ha perdido el rumbo. Su doctrina, su mística, la filosofía que lo inspiró y la historia que lo forjó y por la cual va, está ahí. Los que perdieron rumbo son los hombres, somos los que militamos en este partido. Dejémoslo claro. El diamante está intacto, el plomo, que somos nosotros, en algún momento se maleó.
El discurso de Javier Corral Jurado, su diagnóstico, sus propuestas, sus señalamientos… no los voy a discutir, porque aunque pueda haber exageraciones, en lo general tiene razón y es un panista que ama al PAN y además sin duda es congruente, decente y no dudo de su dolor por lo que le ocurre a la institución.
Ricardo Anaya Cortés es un joven preparado, abogado con un doctorado en ciencia política, que no le garantiza ser un gran ideólogo ni entender las cosas de fondo por las que atraviesa el panismo. Su corte o perfil es más hacedor y pragmático que el de Javier Corral, pero una congruencia en las ideas de fondo para el PAN no las exhibió durante los años que estuvo en sus responsabilidades donde Madero era el general. Un militante muy obediente, pues. Increíble que hoy quiera ser independiente, pero también es injusto no concederle el beneficio de la duda en eso de que será independiente.
Javier ha aglutinado a personajes proscritos por el pragmatismo maderista y por esta locura maderista de llevar al panismo por donde no debe de ir. Lo que queda claro es que el maderismo debe morir ya. Ser lo que el pri y hacerle la fiesta hermosa al pri no es para los panistas. Pero tampoco quiere decir que Anaya deba cargar con ese estigma, aunque su actuación anterior nos plantee dudas razonables.
¿Cuáles son sus consistencias y cuáles sus inconsistencias?
Javier Corral es el que enarbola la verdad en el discurso. Dos, su movimiento arroja un gran beneficio al panismo, porque ya queda claro que el panismo que vaya por la línea pragmática a secas, sin la orientación de fondo, no vale la pena. Tres, que grandes personajes estén de vuelta demuestra que no se fueron por falta de idealismo sino por el desenfoque de la dirigencia.
Sus inconsistencias: No tiene vocación para dirigir, es primitivo y orgulloso, cualidades fabulosas, por otra parte, en un parlamentario. La experiencia local como jefe estatal es una prueba de ello. Es alguien muy identificado con ciertas alianzas panistas y que no ha cambiado ni cambiará, por ello, si llegara a ganar, siento que pintará una raya a los que lo apoyaron y dirigirá al panismo a un pro izquierdismo, como en el espíritu de su propuesta electoral interna de que las bases manden y en el sentido de su frase la rebelión de las bases. Ideologicamente su ortodoxia no es de filosofía humanista sino hay una combinación entre ésta y la praxis de izquierda.
Ricardo Anaya Cortés no enarbola la verdad ciertamente, algo lleva de ella, pero su institucionalidad es algo positivo a considerar. Defiende un discurso para mantenerse en el poder y muchos panistas están convencidos de que él puede cambiar las cosas. Nada garantiza que realmente oriente ese pragmatismo y superficialidad del maderismo hacia otro rumbo, pero tampoco hay muchas razones para no concederle el beneficio de la duda.
Concluyo, que la historia del mundo presenta casos donde los que tienen la verdad no necesariamente son los indicados para llevarla a la práctica. Pongo el ejemplo de un juez que puede tener todo para dictar una resolución correcta contra un negro asesino pero su prejuicio racial hará que se desboque y trastoque la justicia. Y también alguien que no es poseedor de la verdad sino solo parcialmente puede en el juego de la consulta y el diálogo añadirle “pedacitos importantes” a la verdad.
Prefiero un poseedor parcial de la verdad que convoque a otros a dar contenido a la misma, que un poseedor casi completo de la verdad que es un chivo en cristalería.
Necesariamente para caminar en política la forma es fondo
Eso creo, así que sin enredarme en la bandera de la causa de Anaya, creo que es lo menos peor para el panismo, esto condicionado a que le pinte bien la raya al maderismo, porque si van juntos, lamentaré profundamente no haber apoyado a Corral como mal menor.