*Sin fuero, hoy está al alcance de la justicia federal por la Línea 12 del Metro
Por Luis Repper Jaramillo*
Hoy llora como “Magdalena” lo que no transparentó como funcionario público. Por arrogancia, patanería, insensibilidad y desprecio por la gente. Hoy cosecha lo que sembró, hoy le cobran la factura por su corrupción, tramposada, y opacidad en su gestión como Jefe de Gobierno del DF, entre ellos lo más lamentable, lo más insensible, su débil “castillo de oropel” llamado Línea “Dorada” o Línea 12 del Metro.
Además sobre su espalda carga las 12 muertes del antro News Divine, que aunque se sabe hay tres culpable: el ex jefe de gobierno del DF, Joel Ortega Cuevas y Francisco Chigüil, la terna vive en la vergonzante impunidad y gozando de las prerrogativas que los sistemas político y administrativo mexicano solapa.
Pero no sólo son las incapacidades anteriores, sino la trampa, la deslealtad y la deshonestidad política que lo ha acompañado a lo largo de su vida lo que provocó haber perdido la candidatura plurinominal por Movimiento Ciudadano, a una diputación federal y la inminente coordinación del grupo parlamentario; ¿ya supieron a quién me refiero?, ¡claro! a Marcelo Ebrard Cassaubón.
La resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral fue contundente: “el registro de Marcelo Ebrard como candidato plurinominal a diputado federal no es válido por haber participado en dos procesos de selección interna de candidatos a cargos de elección popular en diferentes partidos políticos, con el PRD y con Movimiento Ciudadano, de manera simultánea”, así de claro.
Mucho antes, su arrogancia lo sostenía pese a que la inminencia de la nulidad de su aspiración se veía venir, escribían columnistas, lo decían comentaristas, diseccionaban los analistas políticos, y no basados en la trampa de la doble participación partidista, sino en la impunidad que no podía quedar en el limbo, pues la vergonzante construcción de la Línea 12 del Metro, en donde la opacidad de los recursos asignados casi triplicó el proyecto original, y hasta la fecha, nadie, ninguna autoridad gubernamental, legislativa, judicial, etc. han tenido los “tamaños” para demandarlo legalmente.
Quien debería hacerlo en primera instancia es el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, pero le tiemblan las corvas y su timorata actitud lo convierte en cómplice del delito.
Ni a Mancera, mucho menos a Ebrard, que ya es nadie ahora, les interesó o interesa la pésima suerte que diariamente padecen más de 413 mil usuarios de la Línea Dorada, que tiene suspendida 11 de las 21 estaciones de la ruta, ya rebasa los 15 meses y no se ve para cuando se reabra en su totalidad. Pero esa es harina de otro costal.
Regresemos a lo que se mereció Ebrard Cassaubón.
En su afán de buscar la inmunidad federal (fuero constitucional) al convertirse en diputado, para salvar la vergüenza de ir a la cárcel por el sobre giro en la construcción de la línea del Metro, se enfrentó al gobierno de la república y al local (federal porque el sexenio peñista le entregó recursos económicos para la obra en cuestión), arguyendo que los constructores de su magno sueño eran los responsables de la porquería realizada. Jamás ha sido humilde para reconocer que se equivocó. Luego encaró a Mancera Espinosa.
Pero su actuación tenía plan con maña, pues sabía que en el PRD jamás conseguiría una nominación electoral por lo reseñado anteriormente. Por eso anuncia su renuncia al Sol Azteca, y ni tardo ni perezoso, el oportunista y vividor de la política, Dante Delgado Ranauro (un recalcitrante salinista), regenteador de del Partido Movimiento Ciudadano, lo acoge en su seno; no sin antes, Marcelo Ebrard, haber entregado un millonario botín a Dante, para colocarlo en primer lugar de las “pluris” para un ingreso terso del ex jefe de gobierno a San Lázaro.
Pero un mal cálculo político del “carnal”, al haber participado en el proceso de selección en el PRD, lo condenó a quedarse como el “perro del hortelano”; creyó que como México ocupa el 2º Lugar Mundial en Impunidad, su argucia lo dejaría sin castigo, pero alguien inteligente en el Tribunal Electoral (cosa rara), no se prestó al “cochupo” y sentenció la trampa marcelista.
En México nada pasará con la ausencia de Ebrard en una curul en San Lázaro, hubiese sido uno más de tantos inútiles diputados que vegetan tres años cobrando multimillonarios salarios, fuero, poder, prerrogativas indecentes y otras ganancias que le escatiman a más del 99% de los mexicanos; sin él el país seguirá su lenta y penosa marcha.
Al saber la resolución del Tribunal, el agraviado subió a su twitter el siguiente texto “no quieren el PRI y EPN que vaya a la Cámara, saben que tengo el respaldo popular para ganar y cuestionarlos” (sic)…
Pero Ebrard no alude en ninguno de sus mensajes electrónicos a los resultados catastróficos de su gestión, como la lamentable ineficiencia de la Línea 12 del Metro.
El primer círculo marcelista argumenta que la revocación de la candidatura más que legal es política, que Mancera, Peña, el PRI, PVEM, Panal y Encuentro Social (PES) están coludidos para “sacarlo de la jugada”, pero ese séquito de testaferros no hace un autoexamen de conciencia moral y política para aceptar que su Jefe realizó una pésima administración, aunque haya comprado el título de “El mejor alcalde del mundo 2010” a la Fundación inglesa City Mayors, (World Mayor Prize, Su estigma, su sino será siempre la corrupción e impunidad de la Línea Dorada, esos miles de millones de pesos “perdidos” de sobregiro que nadie sabe, nadie supo en dónde están y lo más lamentable la inutilidad cuasi total, de la ruta completa (21 estaciones) y la afectación diaria a 413 mil usuarios.
La carrera política de Ebrard Cassaubón ha sido gris, siempre a la sombra (segundón) de Manuel Camacho Solís. Su única posición decorosa, pero que nunca supo o pudo desarrollar dignamente fue la Jefatura de Gobierno del DF, en donde durante los seis años con su arrogancia, desprecio por las clases populares y limitaciones intelectuales impidieron trascender como un digno funcionario público; después lo ya sabido, el robo insultante de un presupuesto asignado a su “obra monumental” (L12M), que se convirtió en el petardo más indigno en contra de la sociedad. ¿Y así quería el insensato ser diputado federal’, cuando su IQ no le da para más.
“El Mejor Alcalde del Mundo 2010” se derrumbó cinco años después de tan “honorable” galardón, y no podía ser de otra manera luego de tantos desatinos y corruptelas cometidas.
Lo anterior nos lleva a considerar que su rabieta, su inconformidad y desesperación ante la resolución del Tribunal Electoral lo desviste, lo hace inerte a la mano de la justicia; sin fuero, sin inmunidad que le daría durante 3 años, la diputación federal. Hoy está a merced de una simple denuncia penal de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y del Gobierno Federal para que responda por sus actos de malversación de fondos, corrupción, robo y lo que resulte contra el Sistema de Transporte Colectivo “Metro”. De esta no saldrá bien librado.
Algo debe quedar bien claro para las autoridades electorales, judiciales y políticas de este país, Marcelo Ebrard debe ser juzgado por esos delitos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no debe -por dignidad- interceder por él, la sociedad no lo aceptaría, sería indigno devolverle la postulación, cuando se ha demostrado la corrupción e incapacidad del susodicho para ejercer cargo alguno.
Ahora debe conseguirse un muy buen abogado, para evitar pisar la cárcel, pues Mancera, Peña, Camacho Quiroz, los Verdes, y muchos más quieren verlo pagando sus penas, y humillado ante la sociedad; si no fuera así, no hubiesen urdido juntos el plan para quitarle la candidatura y exponerlo ante la justicia federal.
Hoy Marcelo llora como “Magdalena” lo que no supo transparentar como funcionario público. Así de claro.
*Miembro de la Academia Nacional