Un congreso con mayoría panista no digo que sea la panacea para reorientar la economía y política mexicana, porque bien es sabido que en el PAN tenemos nuestros propios engendros del mal, pero estoy seguro que nos irá mejor que con el PRI o con el populismo de dos dedos de frente de AMLO
Por Héctor Pérez Estrada
Dedicatoria: Este artículo lo dedico a los candidatos a diputados federales por el PAN. Hoy votar por ellos es detener, aunque sea un poco, el festín de los animales de carroña, que se comen a nuestro país y crean indigencia entre los millones de pobres
Los electores mexicanos ya han tenido una oportunidad al desconocer al PRI en el año 2000 y darle una nueva oportunidad a candidatos panistas que en doce años exhibieron lo que podían ofrecer y después los propios electores volvieron a optar por el PRI. Esa es democracia.
El PRI volvió con el discurso de que todo cambiaría y que incluso había una generación de jóvenes priistas que se forjaron en la oposición contra el gobierno de Fox y de Calderón y que por ende: no conocieron el pasado oprobioso y vergonzoso del priismo de sus antecesores.
Hoy, algunas señales muy claras nos gritan que el priismo fue en el pasado y nos traza una prospectiva hacia el futuro inmediato, ya no de atraso y subdesarrollo, sino de indigencia entre los pobres y de índices de desarrollo económico y democrático, que harán que muchos mexicanos no puedan tolerar los efectos de latrocinios, peculados, corrupción, y una clase política, especialmente priista, que hunde en el sistema político su capacidad de aniquilar patrimonial y moralmente a México.
Veámoslo en el proceso natural de quien entra y crece en la política. María Amparo Casar realiza una impresionante investigación con cientos de nombres de personajes de todos los partidos políticos que son perseguidos por la justicia o por autoridades investigadoras, que cometieron varios delitos muy graves de orden patrimonial y que hoy son candidatos. Ver investigación del CIDE y checar esos nombres a los que me refiero. La autora dice que muchos de estos cientos de delincuentes son hoy candidatos a puestos de elección popular. La ley les permitió ser candidatos y sus partidos se hicieron de la vista gorda con sus faltas al bien común. Obviamente en su mayoría son priistas aunque no exclusivamente porque todos los partidos tienen culpa en esta tolerancia a la corrupción.
Y esos candidatos que eran gusanos y orugas se convierten hoy en mariposas, también la metáfora abarca a los funcionarios designados directamente para ejercer funciones en el poder público. ¿Y que ha pasado? Los escándalos de la familia presidencial y tantos delitos de que han dado cuenta las redes sociales nos dejan claro que México puede exhibirse con otra dantesca metáfora: donde los otrora candidatos y los funcionarios priistas que no tenían chamba en los gobiernos de Fox y Calderón, han vuelto sobre un México que simula ser un búfalo americano que no puede ser estrangulado por los lobos pero que sí puede ser comido poco a poco desde sus partes blandas en un terrible suplicio. ¡Llegaron los lobos, llegó esa cofradía de ladrones y asesinos, como los llamó Vasconcelos en su tiempo, y la única manera de pararlos es sacudiendo la estupidez y la inconciencia de muchos mexicanos y convencerlos de que vayan a votar, porque sólo el voto ciudadano nos permitirá reorientar la política y la economía.
Ni siquiera estoy diciendo que un congreso con mayoría panista sea la panacea para reorientar la economía y política mexicana, porque bien es sabido que en el PAN tenemos nuestros propios engendros del mal, pero estoy seguro que nos irá mejor que con el PRI o con el populismo de dos dedos de frente de AMLO. No es una solución ideal. Es el único camino real para salir adelante.
Sin embargo, si el panismo vuelve a tomar las riendas del país, cuando menos en el parlamento y vuelve a cohabitar con el PRI en la mentalidad laxa contra la corrupción, si no es capaz de proponer reformas para desmarcarse y desmantelar el aparato de corrupción como proponía Enrique Krauze, si no hace prevalecer la ética como parte cultural y esencial de la política, el México que soñamos será una quimera de fatuos perdedores y de habladores incapaces de vivir la congruencia.
¿Qué debemos ofrecer a los electores para que estén dispuestos a cambiar el rostro actual de México votando contra el PRI? ¡¡¡Que pregunta tan difícil!!! Creo yo que el pueblo necesita tener esperanza y no se la dará el PRI. No se la dará la izquierda porque en el Sur radica su fuerza, aunque me puedo equivocar y las cosas pueden cambiar. El PAN es quien puede dar esa esperanza. ¿Se requieren propuestas concretas para esa esperanza? Sin duda, pero no necesariamente. Aquí lo concreto juega un papel muy relativo. La esperanza es un poco como la fe. Se cree y se espera como en una nube llena de espinas, es un sentimiento. Si no somos capaces de sembrar ese sentimiento en el electorado las propuestas por muy bien elaboradas que estén serán como platillos exquisitos recargados en arcilla hedionda. Sin esperanza no hay propuesta que valga. Los mexicanos no leen las propuestas, son intuitivos y altamente emocionales.
¿Tiene sentido dejar de votar, como han propuesto una pléyade de soberbios y dizque ilustres, como Dresser, para hacer que las cosas cambien? Respondo con otra metáfora: ¿Acaso un jefe de familia a quien se le desmorona el clan porque sus hijos se hicieron malandros, mariguanos y mal educados…le resulta útil bajarse de la carreta familiar y decirles a sus descendientes: Ya me voy arreglénselas como puedan!!? ¿Dejar de votar cuando nuestra democracia es electoral en buena parte no es algo así como dejar de tomar vitaminas cuando se está desnutrido?
¿Queremos un México sin funcionarios usando helicópteros para uso personal, queremos un México sin latrocinios de gobernadores como en Chihuahua y sin enriquecimientos malvados como en los pinos? ¿Queremos un México con un parlamento más o menos responsable? ¿Queremos candidatos y funcionarios que no ofendan a los pobres de México con sus relojes y autos de millones de pesos? Creo que el único vehículo viable que ofrece nuestro sistema político y organización electoral es el voto, pero el voto no será aplastante contra la mezquindad si no hay esperanza. Eso creo. Saludos y buen fin de semana.