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Maximiliano /Por Héctor José Pérez Ortuño

Maximiliano
El papa Pablo VI declaró beato a Maximiliano Kolbe en agosto de 1971. Finalmente, en 1983 Juan Pablo II lo declaró santo. En ambos eventos estuvieron presentes Francizek Gajowniczek y su familia
Héctor José Pérez Ortuño
Screenshot_2015-03-26-17-33-14Como toda causa de santidad, pesa mucho el último instante de su vida. Lo interesante con Maximiliano María Kolbe es que precisamente en ese último instante de su vida se asemejó casi en su totalidad con el último instante de Jesucristo…

Resulta escueto hablar del último instante de la vida de Maximiliano sin hablar antes del ex sargento polaco Franciszek Gajowniczek «pronunciado Francisec Gayovnichec», un hombre apresado durante la Segunda Guerra Mundial y mandado al campo de concentración de Auschwitz el 8 de septiembre de 1940, con el número de prisionero 5659.

Ahí coincidió con Maximiliano Kolbe.
Lo que ocurriría un día de julio de 1941 en el campo de concentración, fue relatado por Franciszek textualmente:

«Yo era un veterano en el campo de Auschwitz; tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación. Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta la noche. El coronel Karl Fritzsch volvió a pasar lista y anunció que diez de nosotros seríamos ajusticiados«.

De acuerdo con la legislación nazi, por cada prisionero que lograra fugarse, diez tenían que ser ejecutados dejándolos morir de hambre con el fin de amedrentar a los demás.
Franciszek era uno de esos diez.
Una vez formado y en espera de su sanción, Franciszek lloró en voz baja mencionando a su esposa e hijos y su preocupación por ellos. Maximiliano logró escucharlo, pues estaba cerca de él. Acto seguido, se dirigió al coronel Fritzch y voluntariamente pidió tomar el lugar de ejecución de Franciszek, a lo que el coronel accedió.Así, después de varias semanas de agonía, Maximiliano murió el 14 de agosto de 1941.

El papa Pablo VI declaró beato a Maximiliano Kolbe en agosto de 1971. Finalmente, en 1983 Juan Pablo II lo declaró santo. En ambos eventos estuvieron presentes Francizek Gajowniczek y su familia.

Maximiliano murió como un hombre de verdad; ofreció su vida por la salvación de alguien más, como lo hizo Nuestro Señor. Quien sería llamado «el mártir de la caridad» por Pablo VI, encarnó el texto del Evangelio de Juan (15:13): «Nadie tiene más amor que quien da la vida por sus amigos«.

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