Retales / Por Agustín Vargas

La renuncia masiva de 14 jefes delegacionales en el Distrito Federal, los “chapulines”  acontecida hace unas semanas para tratar de treparse a una curul sea en la Asamblea Legislativa o en la Cámara de Diputados, no hizo otra cosa que acrecentar la anarquía que priva en la capital desde hace un par de años.

El tema por supuesto, ha llamado poderosamente la atención debido a que el movimiento de los “chapulines” por decir lo menos de los irresponsables jefes delegacionales que dejaron al garete buena parte de su trabajo y obligaciones con la ciudadanía, evidenció por completo la ingobernabilidad en la que está sumida la Ciudad de México.

La ambición desmedida de estos ilustres chapulines ha ocasionado un enorme malestar en la ciudadanía. Dejaron tiradas sus responsabilidades con impunidad, ejercieron millonarios recursos públicos para obras que dejaron inconclusas,  impusieron a quienes les convino para que los sustituya y con cinismo anunciaron que buscarán —otra vez— el voto ciudadano.

Hay quienes para entender esto de la ingobernabilidad  e ilustrar de mejor manera la situación actual del Gobierno del DF, han recurrido al Diccionario de la Lengua Española  para encontrar el significado de la palabra anarquía, que se define como falta de todo gobierno en un Estado; o bien, desorden, confusión, por ausencia o flaqueza de la autoridad pública. ¿Acaso estos son algunos factores que se observan en la administración de Miguel Angel Mancera Espinosa?

Por supuesto que la renuncia masiva de 14 jefes delegacionales del PRD, que atraviesa por la peor crisis de su historia, para dedicarse a nuevas tareas electorales, deja abiertas muchas dudas respecto a su proceder y a las consecuencias de tales actos.

Desde hace 18 años, los ciudadanos eligen de manera directa al jefe de Gobierno, diputados a la Asamblea y jefes delegacionales, luego de que desde 1824 y hasta 1997, el Distrito Federal se gobernó mediante funcionarios designados por el Presidente de la República en turno. Primero se les llamó Gobernadores y luego jefes del departamento del DF o regentes.

La Ciudad de México, ha sido gobernada de manera ininterrumpida por candidatos propuestos por el PRD, de tal suerte que para quienes nacieron en 1997 y este año alcanzan la ciudadanía, no tienen otra referencia de la ciudad, que el caos y la corrupción administrativa que ha imperado.

Que Miguel Ángel Mancera haya permitido la huida de tantos exdelegados tiene varias lecturas, pero la más inmediata y evidente es que no ejerce sobre ellos un liderazgo ni jefatura y no pudo impedirles la desbandada en busca de un asiento en el Poder Legislativo, previa cínica solicitud del voto de la ciudadanía.

Luego del anuncio de las medidas que el gobierno federal llevará a cabo para impulsar al sector de la vivienda este año, con lo que se prevén inversiones del orden de los 350,000 millones de pesos y estímulos fiscales a los empresarios del ramo, el sector bancario mostró su interés, pero sin duda se mantendrán cautelosos antes de abrir por completo la llave del crédito a una industria que les provocó mayúsculos quebrantos en los últimos dos años.

A los banqueros les anima el hecho de que las desarrolladoras Geo, Homex y Urbi, tres de las grandes constructoras que cayeron en desgracia financiera y arrastraran a los bancos, hayan sido declaradas en concurso mercantil, porque de esa forma podrán seguir operando y con posibilidades de obtener recursos.

Marcos Ramírez, director general de Banorte, una de las instituciones mayormente afectada por la crisis de las vivienderas, refirió hace unos días que lo peor con esas empresas constructoras ya pasó y ahora el objetivo, dijo, es ver cómo se les ayudará. Es decir, habrá que darles nuevos créditos para que se les pueda cobrar la deuda anterior.

En definitiva, lo que pretenden los bancos, sin duda, es que en este 2015 se le de vuelta a la hoja al tema de las vivienderas y están confiados en que las medidas de apoyo al sector que anunció el Gobierno Federal, servirán para empujar al sector de la vivienda, con un efecto multiplicador.

El sector de los almacenes generales de depósito está verdaderamente sorprendido de que las autoridades los mantengan marginados para participar en la depuración del comercio internacional de textiles y calzado, en donde el propio SAT denunció una red de contrabando y recientemente canceló la firma electrónica de 22 agentes aduanales que ayudaron a la subvaluación en la importación de este tipo de mercancía para que ingresara con aranceles mínimos, favoreciendo la evasión fiscal de empresas del ramo.

Y es que a los almacenes de depósito les fue retirada la autorización para realizar el depósito fiscal de textiles y calzado en el sexenio de Felipe Calderón, sin recibir explicación alguna, pero muy posiblemente para favorecer precisamente a las operaciones de los agentes aduanales.  Ahora, se presume que se han realizado operaciones irregulares por más de mil 500 millones de pesos y una evasión superior a los 500 millones de pesos.

Los almacenes se consideran como los actores indicados para contribuir en la prevención de bienes o mercancías subvaluadas en las operaciones de comercio exterior ya que están sujetos a una estricta regulación financiera por la SHCP, a la inspección y vigilancia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la supervisión del SAT, además de que por ley deben contar con medidas para la detección de operaciones de lavado de dinero.

Aseguran que cuando operaron el depósito fiscal de textiles corroboraron su responsabilidad solidaria en el pago de los impuestos. Precisamente en 2011, el último año que realizaron el depósito fiscal de textiles, reportaron un valor de impuestos superior a los 554 millones de pesos.