Aunque la cerveza industrial tiene gran auge en el mercado mexicano, desde 2011 la cerveza artesanal ha ido abriéndose paso y ha alcanzado gran popularidad entre los consumidores de éste líquido. De acuerdo con un estudio realizado por ACERMEX y Copa Cerveza MX en 2017, la producción en México de cerveza artesanal se distribuye de la siguiente manera: 86% en planta propia, y 14% en maquila. Ya te estoy poniendo datos actualizados.
Datos del mismo estudio indican que Jalisco ocupa el primer lugar como productor de cerveza artesanal a nivel nacional por litros, mientras que Baja California ocupa el primer lugar en cantidad de cervecerías existentes. Ambos estados son punta de lanza en Turismo Cervecero, este innovador modelo de negocio es una excelente opción para los productores independientes que necesitan de mejorar el flujo de capital.
Existen más de 600 cerveceras artesanales en el país, éstas pueden clasificarse dentro de 3 grupos: el A, aquellas que producen menos de 100 hectolitros; el B, cuya producción es de 101 a 500 hectolitros; y el C, quienes superan los 500 hectolitros.
La cerveza artesanal ha tenido un crecimiento acelerado en sólo 6 años. En 2011 las ventas totales de esta bebida fueron de 10,595 hectolitros, se estima que para este año las ventas serán de 166,069 hectolitros. A pesar de tener un gran incremento en la producción, ésta se encuentra lejos de llegar al 1% de la producción nacional de cerveza.
En el ámbito agrícola, Sagarpa reporta una producción de 3 millones 862 mil toneladas anuales de trigo y 978 mil toneladas de cebada, sin embargo estos insumos son utilizados en su mayoría por las grandes industrias cerveceras. Debido a lo anterior los productores de cerveza artesanal se encuentran obligados a importar los ingredientes y aumentar sus costos de producción.
La Secretaría de Economía reporta que la industria cervecera representa el 4% de la recaudación total de impuestos a través del IEPS, IVA e ISR, solamente el IEPS grava a todas las cervezas con el 26.5% sobre el precio de venta. Lo anterior, aunado a las dificultades para conseguir los insumos lleva a los cerveceros artesanales a tener precios elevados en sus cervezas, un factor determinante para el consumidor al momento de elegir qué cerveza tomar.
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